En vía muerta

Según la tradición, el herrero encargado de herrar el caballo del rey se quedó sin clavos debido a la prisa; la última herradura se colocó con un clavo menos y ésta, mal fijada, se soltó, se perdió el caballero, la dinastía Plantagenet y se cambió para siempre la historia de Inglaterra. El silencio administrativo con que Adif despachó alegaciones en 2023 puede ser ese clavo que, aunque no se pierda el imperio, puede ponerlo en grave riesgo.

Los apelantes subrayaban que, si los estudios previos de ese tren contemplaban el soterramiento en Palencia, no puede éste desecharse a las bravas. Cierto que la sentencia es recurrible, pero, llegados a este punto, la política se pondrá efervescente: de un lado, las urgencias del AVE a Cantabria, incrementadas por los retrasos, y de otro, la batalla del soterramiento en Valladolid, ciudad a la que le sale un coadyuvante como por ensalmo. Si se acabara haciendo el soterramiento en Palencia, difícil sería no hacerlo en Valladolid.

Dice la alcaldesa de Palencia, Miriam Andrés, que al Ministerio de Óscar Puente le toca negociar, proceso para el que se requerirá una llaneza no siempre fácil de encontrar en según qué instancias. El laberinto jurídico que se abre puede ser una trampa. Urgen las soluciones factibles orientadas a darle salida con beneplácito a un problema que podría enquistarse.

¿Quién decidió hacer oídos sordos a las reclamaciones del Ayuntamiento de Palencia y de las organizaciones recurrentes? Sería preciso explicar los fundamentos y los motivos por los que se tiró por la calle del medio. Todo, menos consentir que, por culpa de una sentencia, la necesaria mejora de la comunicación ferroviaria meseta/cornisa cantábrica quede en vía muerta. Como tantas y tantas cosas.