Castilla y León, Cantabria, Asturias y Galicia piden a la UE revisar la protección del lobo por su "expansión"

Los ataques «no disminuyen, sino que aumentan», advirtió ayer en Bruselas el consejero de Medio Ambiente de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, en la reunión con el comisario del ramo, Virginijus Sinkevicius, junto a sus colegas de las otras tres comunidades loberas, para pedir que se revise el estatus de la especie.

Quiñones incidió en que es necesario que la Unión Europea «investigue directamente» la situación del cánido, ya que se encuentra en «expansión constante» y los «datos reales no son los ofrecidos» por el Gobierno de España a las autoridades comunitarias: «Están equivocados, no responden a la realidad». Y es que, censuró, mientras el Ejecutivo de Pedro Sánchez sostiene que la especie «está en regresión», lo «cierto es que está en expansión constante fruto de la adecuada gestión» con la que «se ha logrado aumentar la población». Desde hace un año, los conflictos con la ganadería extensiva con las que tiene que convivir van en aumento, advirtió. También con la población, apuntó Suárez-Quiñones, además de advertir de que la legislación impuesta por Ribera va en contra de la lucha contra la despoblación al «acabar con formas de vida» de la gente y la ganadería extensiva.

Sobre este punto, incidió en que en el conflicto con el lobo «la solución no es acabar con la ganadería», sino actuar como venían haciendo a través de medidas preventivas y compensación que «funcionaban». Y el Gobierno, recriminó Suárez-Quiñones, «parece» que quiere acabar con este sector y «estabular el ganado», lo que de paso «envastece el territorio» y provoca que se generen más incendios.

Desde que las comunidades autónomas no pueden hacer la gestión del cánido que venían realizando, denunció el consejero, «ha sido un elemento a mayores que introduce tensiones donde no las había». Advirtió, incluso, «aumenta el conflicto» y puede llevar a que «la propia especie va a regresión porque se producen conductas en las que se ataca a la especie para salvar la propia ganadería».

Más contundente se mostró el consejero de Cantabria, Juan Guillermo Blanco: «No queremos terminar con el lobo, pero queremos ponerlo en su sitio para no acabar con la ganadería extensiva. Y algo que no se ha dicho, pero hay que decirlo claramente. Allá donde se prohibió el control del lobo, prácticamente ha desaparecido. Porque la gente en los pueblos se tiene que defender. Y ahí lo dejo».

Suárez-Quiñones valoró que tras la reunión de ayer, en la Comisión Europea se han abierto las «dudas» respecto de los datos de la situación del lobo en España ofrecidos por el Gobierno. Así, las cuatro comunidades ofrecieron que se «auditen» y que facilitarán las cifras para que las «investigue directamente», pues el diagnóstico de la situación del cánido es «clave» para armar la normativa. «Proteger al lobo debilita otras especies y, como responsables de Medio Ambiente, no nos lo podemos permitir», subrayó la gallega Ángeles Vázquez Mejuto. Por su parte, el consejero asturiano Alejandro Jesús Calvo destacó que ganaderos asturianos «no pueden esperar más» y que las comunidades autónomas afectadas van «a actuar dentro de los pequeños márgenes» competenciales.