«La quinta ola nos ha pillado con el pie cambiado. No esperábamos esta avalancha»
Los profesionales de Primaria alertan del «mazazo» que les está suponiendo, al sorprenderles «cansados» y en pleno periodo vacacional
H. Díaz/ A. Ferreras
Blanca Lorenzo acude al Auditorio Miguel Delibes , centro para la vacunación masiva en Valladolid, «uno o dos días a la semana». El resto , trabaja en el Centro de Salud Delicias II. Lleva ejerciendo de rastreadora desde prácticamente el inicio de la ... pandemia (comenzó en mayo de 2020), y confiesa que el cansancio y la tensión acumulada por la presión asistencial le están haciendo mella, al igual que a sus compañeros. Algunos están actualmente de vacaciones, pero no todos están siendo sustituido s, lo que conlleva «que las tareas se tengan que repartir entre el resto, con lo cual, mayor carga para todos», complicación a la que se sumó a principios de julio el estallido de la quinta ola: «Hemos llegado a tener, entre Delicias I y Delicias II, hasta 36 nuevos positivos desde las 14.00 horas hasta las 9.00 del día siguiente». Fue el mayor repunte: « Ahora parece que se está estabilizando , pero fueron dos semanas muy difíciles porque había muchos casos, demasiados contactos y menos personal».
«La quinta ola nos ha pillado un poco con el pie cambiado , ya que no esperábamos esta avalancha», coincide la enfermera Sagrario de la Parte, que trabaja en el centro Puerta Nueva de Zamora, y lo peor para esta profesional es que todavía se detecta falta de concienciación entre algunos pacientes y contactos estrechos que siguen sin estar convencidos de que tienen que cumplir el periodo de cuarentena, e incluso algunos se muestran reticentes a la hora de dar los contactos a los rastreadores.
No sólo esto ha dificultado su labor. También el perfil dominante de los primeros positivos: un joven ‘hipercontagiador’ que hacía el rastreo «tremendamente difícil porque eran muchos sus contactos estrechos en 48 horas y muy difíciles de localizar -no se tenían los datos necesarios-», recuerda Elvira Callejo, directora técnica de Planificación, Atención Primaria y Derechos de los Usuarios de Sacyl. «El elevado número de contactos de esta gente derivaba en muchas citas para las PCR , para dar el resultado, para convocarles para la siguiente prueba... Todo esto ha estado generando mucha carga en Atención Primaria», añade esta responsable sanitaria, quien cree que si bien este nivel asistencial «lleva sufriendo mucho toda la pandemia», quizá esta oleada está siendo su mayor «mazazo», pues ha ‘pillado’ a unos profesionales «muy saturados» en un momento en el que el personal comenzaba a coger sus vacaciones reglamentarias y había «menos personal activo». Un problema que, además, ha sido imposible de solventar porque «ahora mismo no hay en las bolsas de trabajo ni médicos ni enfermeras», así que «la única posibilidad para reforzar plantillas sería anular vacaciones, y esto para nada se nos pasa por la cabeza».
Pese a la sobrevenida situación, Sacyl no se ha planteado tampoco dar un paso atrás en el acceso presencial a demanda de los consultorios. Explica también Callejo que la presión se ha visto reflejada igual en el ámbito urbano que en el rural, aunque admite que éste aún tiene «menos capacidad» para asumirlo. Una situación de la que se quejaba esta pasada semana el sindicato Csif, que denunciaba que los centros rurales habían tenido que asumir un aumento de más de 90.000 tarjetas sanitarias, y que además preveía una panorama más «crítico» en la primera quincena de agosto.
Precisamente esa «gran movilidad» es, para Blanca Lorenzo, la que ha estado detrás de ese incremento exponencial de positivos, «y no sólo por parte de los jóvenes», que era el principal perfil al comienzo de la ola, aunque luego se ha ampliado a toda la familia, «y ahora a gente vacunada con las dos dosis». Matiza esta profesional que «es verdad» que éstos han presentado, por lo general, cuadros «más leves». ¿Y qué implicaban? «Cuadro catarral, fundamentalmente. Referían tos y mocos que asociaban a dormir con la ventana abierta o estar con el aire acondicionado, y al final terminaba siendo coronavirus».
Con las tasas de incidencia bajando en esta última semana y un incipiente reflejo de mejora en los hospitales, estas profesionales, que seguirán lidiando con los casos desde el primer dique asistencial, hacen un único llamamiento: «Por favor, sentido común y responsabilidad», clama Lorenzo.
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