El número de niños se redujo por sexto año consecutivo

Además, el descenso se produjo tanto en la población nacional como entre los extranjeros, que son, según las administraciones, una de las bases -junto al crecimiento económico- para poder paliar el descenso demográfico cada vez más intenso y generalizado. Así, el número de ciudadanos nacidos en España que residen en Castilla y León no ha dejado de caer en lo que va de siglo hasta situarse en los 2.303.523, 169.000 menos que en 1999. En cuanto al colectivo inmigrante acumula cinco años de caída tras el «boom» registrado en los años de bonanza económica. Los 122.278 extranjeros que vivían en la Comunidad a 1 de enero de 2017 suponen un 5,04 por ciento de la población de la Comunidad cuando en 2012 era el 6,81.

Junto a la pertinaz despoblación, el envejecimiento también gana paso a marchas forzada y por primera vez en la historia hay más de 600.000 ciudadanos que superan los 65 años de edad. Este colectivo representa ya a uno de cada cuatro ciudadanos de la Comunidad (el 24,7 por ciento) y su número de integrantes no ha dejado de aumentar en los últimos nueve años hasta alcanzar este máximo histórica que, dado el aumento constante también de la esperanza de vida y a los datos del primer semestre, se estima que fue rebasado también en 2017 y lo será en los próximos años.

Como muestra de que Castilla y León es una región «mayor», la edad media de sus habitantes se elevó hasta los 47,09 años, sólo superada ligeramente por la de Asturias.