Lolitas segovianas
FERNANDO CONDE
CURIOSO por la noticia he visitado la web «Segovia Joven». Tiene un diseño bonito y es sencilla, cosa de agradecer en estos casos. Sin embargo, lo que me ha llevado de paseo por allí no ha sido la forma sino el fondo. Un curso sobre ... cómo ligar dirigido a «jóvenas» de entre 13 y 16 años resulta demasiado tentador. No es que uno tenga pretensiones de convertirse en un Humbert Humbert, ni mucho menos, pero he de confesar que me seduce la idea de saber qué se les puede enseñar a chicas tan en agraz sobre el arte de seducir.
Por propia experiencia puedo asegurar que a esas edades -y casi a cualquier edad- quienes necesitamos no un curso sino un máster sobre cómo ligar somos los hombres.
A las mujeres les sobra arte en ese y en todos los sentidos, y para ligar sólo necesitan salir a la calle con ganas de hacerlo. A los hombres, que casi siempre salimos con esas ganas, porque vienen en el kit, no suele logrársenos ni siguiendo los consejos de personas tan autorizadas en la materia como Ovidio o el mismísimo Giacomo Casanova.
En «Segovia Joven» también te enseñan métodos para aprobar la ESO -supongo que legales-, así que si yo fuera adolescente, mujer y segoviana aprovecharía para apuntarme a los dos, por aquello de que, cuanto menos tiempo tenga que aplicarme al estudio de las matemáticas o de la lengua de tercero de la ESO, más tiempo tendré para poner en práctica los ardides y triquiñuelas aprendidos en el chachicurso municipal de ligoteo.
Dicen que en esta vida hay que saber de todo, pero a veces la estupidez se adquiere sin más, sin necesidad de mayores esfuerzos. Enseñar a ligar a las muchachas segovianas para convertirlas en lolitas expertas suena a estupidez. Así, ser padre de una adolescente hoy en Segovia se convierte en profesión de riesgo. ¡Manda webs!
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