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Jorge Francés - Ruido blanco

Lobos

«Es fascinante lo que transforma el poder. También a los periodistas que temporalmente son asesores, jefes de prensa o de gabinete. Y como en una inexplicable venganza fratricida abusan de las declaraciones institucionales»

Miguel Ángel Oliver, en una imagen de archivo J. GARCÍA

El periodista es un lobo para el periodista. Debería haber explicado Hobbes al hombre a través de la profesión más bonita del mundo (que diría Gabo) pero también la más cainita. Porque al periodismo lo han azotado en la última década todos los temporales posibles ... pero quizá el de mayor relevancia, y peor pronóstico, sea la pérdida de respeto de una labor imprescindible. No creo en aquello de Kapuscinski de que para ser un buen periodista haya que ser buena persona. Tengo pruebas de que es posible lo contrario. Ni en la glorificación de este oficio con grandilocuencia hueca de político, ni en los que lo desempeñan a dos metros sobre el suelo. Pero sí creo que para ser buen periodista hay que respetar profundamente el periodismo. Algo cada vez más inusual en un gremio falto de compañerismo.

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