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Ignacio Miranda - Por mi vereda

De bufones, sainetes y gánsteres

Desde la malhadada tarde en la que el diputado cacereño Alberto Casero votó a favor del proyecto de reforma laboral del Gobierno de Sánchez, al PP le están creciendo los enanos hasta alcanzar marcas insospechadas

NIETO

Juan Martín Martín era oriundo de la alquería de Las Calabazas, actual villa jurdana de Caminomorisco, de ahí que fuera llamado Juan Calabacillas. A causa de su deformidad física y su ingenio, cayó en gracia al duque de Alba, que se lo llevó como bufón ... a su casona solariega de Coria para divertirse con sus ocurrencias y chanzas. Algo habitual entre los señores de la época, que sin Netflix ni redes sociales a veces se aburrían, por muchas piezas de caza mayor que abatieran. El desparpajo de aquel personaje alcanzó celebridad por toda la comarca, hasta el punto de ser conocido como ‘el bobo de Coria’. Llegó a Madrid y encandiló al mismísimo rey Felipe IV, a quien se lo tuvo que ceder el aristócrata. En la corte hizo carrera y disfrutó de una posición privilegiada respecto a otros compañeros: les daba órdenes, recibía un sueldo y tenía para moverse una acémila, que no estaba nada mal habida cuenta de su estatura. Poco antes de fallecer, en 1639, Velázquez lo inmortalizó en un retrato con claras influencias de Tiziano, expuesto en el Museo del Prado.

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