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Día de la Infancia

«España sigue viviendo de espaldas a la infancia y la juventud»

Expertos y familias debatirán en Valladolid sobre la necesidad de avanzar en el reconocimiento de los derechos de participación de los más pequeños

El 20 de noviembre se celebra el Día de la Infancia ABC

H. DÍAZ

¿Es España un país para la infancia y la juventud? Expertos y familias se harán esta cuestión durante el Congreso Internacional que la Asociación de Familias Adoptantes de Castilla y León y el grupo de investigación sobre la Infancia, Juventud y Familias de la Universidad Autónoma de Barcelona (AFIN) celebran este viernes y mañana sábado en Valladolid. En opinión de la a ntropóloga y profesora de la institución académica barcelonesa, Diana Marre , «España sigue viviendo de espaldas al reconocimiento de la infancia y de la Juventud». Más allá de los ámbitos jurídicos y legislativos, donde consideran que sí se han hecho cambios, aunque de forma muy lenta, a juicio de esta experta, «en la práctica» aún quedan muchos pasos que dar en cuestión de reconocimiento de los derechos de ciudadanía, participación y opinion de los niños y jóvenes.

Recuerda que la Convención sobre los Derechos del Niño que tuvo lugar en 1989 estableció tres principios esenciales en cuanto a los derechos de la infancia: la protección, la provisión y la participación , si bien mientras en los dos primeros aspectos se ha avanzado bastante en países desarrollados como España, no ha ocurrido lo mismo con el de la participación. «España es aún un país muy adultista», sentencia la antropóloga, quien considera que cuestiones como ésta tienen parte de responsabilidad en problemas actuales como el alto índice de paro juvenil.

«Decidimos por ellos muchos años y de pronto les habilitamos a que tomen decisiones y nos quejamos sin las toman mal»

¿Pero qué pequeños pasos deberían darse para avanzar en eset sentido? «La primera cuestión que se debería considerar es que debemos ser conscientes de que un niño tiene derecho a ser escuchado acerca de lo que se va a hacer con él», apunta la antropóloga, para quien se debería ejercitar el ejercicio de decisión de los más pequeños. «Decidimos por ellos muchos años y de pronto los habilitamos a que tomen decisiones y nos quejamos sin las toman mal», añade la experta, quien cree que los progenitores deberían alentar, o al menos permitir, que los niños deberían pudieran tomar desde muy temprana edad «pequeñas decisiones» como qué ropa desean ponerse o qué desean comer en un restaurante, siempre bajo su supervisión

«Es una manera de preparar a nuestros hijos desde pequeños para que sean capaces de tomar decisiones», añade la profesora de la UAB, quien no cree que haya «mala intención» en limitar la capacidad de participación de los niños, simplemente «es la forma en que nos han educado». En este sentido, la experta critica que la «exclusión» que, por lo general, las ciudades hacen con la infancia, donde cada vez se les arranca más espacio. «¿Cuántos niños vemos en restaurantes. Hay hoteles ya donde no se les puede llevar y compañías aéreas que se lo están pensando».

Necesidades especiales

Todas éstas y otras cuestiones se pondrán encima de la mesa en el Congreso Internacional que arrancará este viernes por la tarde en Valladolid, donde también se abordarán las necesidades especiales de los niños acogidos y adoptados. Al respecto, el presidente de la Asociación Regional de Familias Adoptantes, Javier Álvarez-Ossorio , echa en falta más información por parte del profesorado de los requerimientos específicos y «problemática» que puedan tener estos chicos «que han tenido un abandono y han sido arrancados de su primera familia por las circunstancias que sean». «Es un tema que hasta ahora sólo se aborda en las escuelas y facultades de Psicología como materia de estudio y trabao pero es absolutamente ignorado en las facultades de Pedadogía. Los profesores y maestros salen sin conocer y sin saber nada de lo que les sucede a estos chicos». No es el única cuestión pendiente, destaca Álvarez-Ossorio, quien añade la necesidad de una educación social en este sentido, así como el problema que se les plantea en el ámbito santiario, cuando los pediatras, por falta de protocolos, les resulta difícil indentificar «casuísticas» y enfermedades que pueden tener estos chicos, que muchos llegan con retrasos madurativos y falta de atención facultativa. Por ello, la asociación que preside demanda desde hace tiempo para Castilla y León un centro de referencia como sí tienen en otras ciudades más grandes como Madrid o Barcelona.

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