Elecciones y educación

Lo esperable es que los de C’s repliquen la fórmula que han puesto en marcha ya en diferentes territorios después de las autonómicas. Es decir, lo mismo que han hecho en Castilla y León, dejando que el PP gobierne sin demasiadas intromisiones. Pero el problema en lo nacional es que hay cuestiones como la Educación que no admiten mayores dilaciones y que requieren que de una vez por todas -y ahora pueden darse las condiciones perfectas- seamos capaces de sacarla del pimpampum político para convertirla, de verdad y para siempre, en una cuestión de Estado. Ese es, además, uno de los empeños de Rivera.

Si yo fuera Rivera y se cumpliera el vaticinio que pronostica que con la suma de los votos naranjas cualquiera de los dos partidos grandes estaría en disposición de gobernar, les obligaría, antes de decantarme por uno u otro, a firmar un gran pacto por la Educación que aún podría salvar a muchas generaciones de españoles del actual desastre en el que están inmersas (las ya sacrificadas lo tienen más crudo). Sin duda, ese logro, obtenido además por un partido bisoño, quedaría escrito en la historia de España con letras de oro. A ver si se logra.