Lección magistral de Denis Rafter en el cafetín del Teatro de Rojas

Ser actor no es solo recitar palabras, sino darles vida con el alma, con el corazón, y sacar el aire de donde sea conveniente para el que aflore el sentimiento que se representa. Por ello, hay que saber transmitir las emociones que conlleva cada personaje, desde la alegría hasta el dolor, desde el amor hasta el odio, la envidia, la venganza, la miseria, lo cómico y lo trágico. Y para lograr esa expresividad, hay que dominar varios aspectos: la dicción perfecta, para que se entienda lo que se dice; la entonación, para que se capte el tono y el énfasis; el ritmo sintáctico, para que se respete la estructura y el sentido; la respiración adecuada y el lenguaje corporal, para que se acompañe el discurso con el gesto conveniente y explícito del rostro y las manos; y el movimiento o la quietud en escena, para que se cree el espacio y el tiempo adecuados. Todo esto forma parte del arte de la actuación, un arte que requiere talento, estudio y pasión. Y eso es lo que ha mostrado Denis Rafter sobre las tablas del cafetín del Teatro de Rojas.

Con el espectáculo Actor busca trabajo, Denis Rafter celebra el teatro y nos brinda una hora de entretenimiento con la experiencia acumulada de sus muchos años de oficio, tanto en la interpretación como en la dirección o en la enseñanza. La pieza en sí es un monólogo concebido, escrito, dirigido e interpretado por el veterano actor irlandés, cuya vida ha estado dedicada en cuerpo y alma al teatro. En esta obra, Rafter comparte con el público sus sueños, sus pesadillas, sus éxitos y sus fracasos, a través de canciones, bailes, textos de Shakespeare y otros autores; también, en el juego teatral que rompe la cuarta pared, invita al espectador a participar en él, donde la rueda de la fortuna determina qué papel interpretará en cada momento. Con humor, ironía y emoción, y, sobre todo, con una gran maestría, Rafter reflexiona sobre el sentido del teatro, de la vida y de la muerte, y se presenta como buscador de trabajo en España, pero nunca lo alcanza por el acento. Por supuesto él sabe todos los trucos y los emplea, no en vano es una persona tan documentada y tan sabia que, además de su experiencia teatral con innumerables montajes, es doctor en Teoría, Historia y Práctica del Teatro por la Universidad de Alcalá de Henares y Premio Extraordinario por su tesis doctoral Hamlet en España. Nadie enseña lo que no sabe y lo que es evidente es que Denis Rafter, no solo sabe, sino que lo transmite con humor, con ironía y con una exquisita complicidad con el público.

«El teatro es uno de los más expresivos y útiles instrumentos para la educación de un país y el barómetro que marca su grandeza o su desmayo», expresó Federico García Lorca en una charla, en la que también afirmó que «El teatro es una escuela de llanto y de risa y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas o equivocadas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y el sentimiento». Denis Rafter, en su lúcida madurez, encarna estos pensamientos lorquianos y así nos lo mostró en la excelente interpretación de su monólogo. Más gente como él sigue haciendo falta en este mundo de jolgorio inane y de entretenimientos vacíos. Vaya desde estas páginas el simbólico aplauso que fue realidad al final de la estupenda representación con la que nos obsequió en el Teatro de Rojas.

SOBRE EL AUTOR

ANTONIO ILLÁN ILLÁN

Licenciado en Filosofía y Letras. Catedrático de Enseñanza Secundaria de Lengua Castellana y Literatura. Escritor y poeta

Título: Actor busca trabajo. Dramaturgia, dirección e interpretación: Denis Rafter. Escenario: Cafetín del Teatro de Rojas de Toledo.