De bombero a héroe: doce minutos al límite para salvar una vida en Toledo

Fran es de los habituales en la vuelta al Valle. Esa tarde iba acompañado por su esposa, estaba de día de descanso, cuando a unos metros del merendero del arroyo de la Degollada un matrimonio nervioso y con las manos en la cabeza exclamaba: «¡No podemos mirar! ¡Se va a caer, se va a caer!».

La escena sorprendió a Fran, que sin pensarlo se apresuró hasta la zona. «Fue cuestión de segundos, la mujer estaba aturdida, como desmayada detrás del pretil con medio cuerpo fuera de los no más de 50 centímetros de tierra que hay antes del precipicio«, ante esta situación, no dudó y saltó para sujetar a Inés, la mujer que acababa de caer desvanecida, sola, sin compañía.

«La sujeté con mi rodilla y una mano», y así, al borde de un precipicio de unos 18 metros, Fran aguantó de manera estoica unos 12 minutos, hasta que llegaron sus compañeros, esa jornada coordinados por Javier Hernández, además de Policía Local y medios sanitarios. Fue él quien llamó al 112 para activar los servicios de emergencia, mientras sujetaba a Inés para evitar una caída mortal.

«En ese momento no piensas más allá del rescate, ahora sí soy consciente de que nos pudo costar la vida a los dos», comenta. En todo momento su mujer presenció lo que allí acontecía, al igual que el matrimonio que dio la voz de alarma y numerosos viandantes que no olvidarán aquella tarde en el Valle.

Con la ayuda de la dotación de Bomberos que se apresuró para llegar cuanto antes a la zona, Fran puede contar hoy esta intervención, realizada fuera de servicio. «Aguanté el tirón hasta que los compañeros del parque montaron la línea de vida y se hizo el rescate con total seguridad», recuerda.

«Inés tuvo la suerte de que se quedó en esos 50 centímetros de tierra, al borde, si le llega a pasar un metro más adelante, donde ya no existe ese espacio, se habría caído al vacío», asegura, la mujer fue traslada al Hospital Universitario, donde se recuperó del desmayo.

Ya recuperada, Inés ha tenido el gran gesto de acudir al parque de Bomberos para agradecer a Fran, a Javier y al equipo que participó en el rescate que le hayan salvado la vida. «Ha venido al parque ha darnos las gracias, vino con su hijo, fue un reencuentro muy emotivo que siempre agradeceremos», señala este héroe cuya vocación de servicio público le llevó, sin pensarlo, a salvar a esta toledana de un trágico final.

«Lo haces por inercia y sin ser consciente, ese es un lugar en el que realizamos prácticas de rescate, además tengo algunos malos recuerdos de ese sitio de otras intervenciones que no tuvieron este final», un desenlace feliz que se suma a las mil y una historias de la vuelta al Valle.