Así le dio Rodríguez Buzón la rosa a quien ya era primavera: «¿Quién puede igualarse a Ti / Esperanza Macarena?»
Otra letanía a la dolorosa de San Gil triunfó en vísperas de su Coronación Canónica, en 1963, con aires semejantes al «Como tú, ninguna» de su pregón de 1956, una oda a la literatura cofrade de toda cuanta se ha escrito