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Jesús Gordillo: unos minutos de gloria y muchos meses de sufrimiento

Reportaje

El toledano, de 22 años, se lesionó en su debut con la selección española de fútbol sala el pasado octubre. Desde entonces, ha sido operado dos veces y apenas ha jugado

Jesús Gordillo, en el paseo de San Cristóbal, al lado de su casa H. Fraile
Juan Antonio Pérez

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Jesús García del Pino Gordillo, toledano de 22 años, ha descubierto esta temporada que el deporte profesional también puede ser un infierno. Que la mala suerte puede tirar a la basura el mayor de los esfuerzos y que el mismo día que debutas con la selección española de fútbol sala cerca de tu casa, con tus padres y tus nueve hermanos henchidos de orgullo, te rompes el quinto metatarsiano del pie derecho y a saber cuándo vuelves tan solo a jugar.

Con muletas, recién operado por segunda vez, el pívot zurdo del Mallorca Palma Futsal relata a ABC desde un banco del paseo de San Cristóbal, a un paso del domicilio familiar, que su calvario se desató en el amistoso entre España y Finlandia en Tomelloso (Ciudad Real) el pasado 7 de octubre. «El mito de la lesión es que me pisó un rival, pero la realidad es que fue una fractura por estrés. El hueso ya estaba roto», explica.

Notó algo raro al apoyar, le empezó a doler el pie y ya no pudo seguir. Primero optó por un tratamiento conservador, esperó tres meses y trotando, próximo a reaparecer, otra vez sintió el crac. Así que, sin más remedio, pasó por el quirófano el 18 de enero. Entonces se fijó como objetivo llegar a la 'final four' de la Champions', prevista para principios de mayo, y al 'play off' de la Liga.

«Entrené como un cabrón. Mis padres me decían: 'Vente un fin de semana a Toledo'. Y no quise», asegura. Volvió a jugar 198 días después contra Jaén y la siguiente jornada, contra Antequera, metió dos goles en la primera parte y se hizo daño en la segunda. Era el último partido antes de la Champions. Pidió jugar infiltrado y le quitaron la idea de la cabeza porque era «peligroso».

Descartado para el tramo decisivo de la competición, el miércoles 14 de junio le avisaron para que viajara rápido a Barcelona y al día siguiente fue intervenido por el doctor Ramón Cugat, toda una referencia, en la Clínica Quirón. Sus planes pasan por regresar a la isla a mediados de julio, darle caña a la recuperación y no perderse muchas jornadas del inicio del curso 2023-2024.

De Moprisala a Palma, un «camino más duro de lo que la gente se piensa»

Gordillo practica el fútbol sala desde que se iniciara a los cinco años en el CD Moprisala, considerada una de las mejores canteras a nivel nacional. Fue semifinalista en el campeonato de España en categorías infantil y cadete (una generación posterior ganaría el campeonato de España cadete). Los grandes clubes se fijaron en el espigado jugador y probó una semana en el Barça, aunque finalmente sería Palma el que lo fichase para el último año de juvenil.

Voló con 18 años de Toledo a Mallorca, donde continúa mezclando el balón con la carrera de Derecho. Se proclamó campeón de Europa con la selección sub-19 en Letonia y en su club, de entrada, alternó el División de Honor juvenil con el Visit Calvià Hidrobal, que ejerce de filial. El segundo año ascendió de Segunda B a Segunda con el Calvià y debutó con el Palma en Primera, en los últimos minutos de un partido contra Inter que perdían 0-4.

El tercer año en la isla arrancó con la misma dinámica. Entrenaba por las mañanas con el primer equipo y por las tardes con el filial. Llegaba «muerto» al fin de semana. «El camino es más duro de lo que la gente se piensa», afirma.

Se acabó asentando en el primer equipo, pero no pudo evitar que el filial bajase. «De Segunda B a Primera cambia todo: la velocidad del juego, el rival aprieta más... En Segunda B había equipos que tenían un eslabón débil o un cuarteto más flojo. En Primera son atletas y hay una gran competitividad dentro del vestuario», añade.

Entre compañeros y rivales de diferentes edades, países y salarios, el pívot toledano se vio obligado a un cambio físico, echando muchas horas en el gimnasio y poniéndose fuerte para sobrevivir en la selva. Ahora mide 1,88 y pesa 85 kilos.

Antes de lesionarse esta temporada, la cuarta en Mallorca, sufrió problemas en el tobillo y un golpe en las costillas. El seleccionador, Fede Vidal, justificó su convocatoria «porque quería probar» a nuevos jugadores, pese a que apenas ha tenido «rodaje» en Primera.

En el horizonte se presenta el Mundial de 2024, en el que España aspira a repetir glorias demasiado pretéritas. Gordillo sueña con eso y también con ser importante en Palma, que ha logrado el primer título de su historia, nada menos que la Champions. Sin embargo, lo más importante será dejar atrás la lesión.

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