Hazte premium Hazte premium

Una novela desentierra el asesinato sin resolver de una joven en Toledo en 1983

Álex Hebrail, uno de los cinco niños que encontró el cadáver, acaba de escribir ‘Misterio en el torreón’, con la que busca homenajearla e incluso que se reabra el caso

Puerta inferior del torreón del Puente de San Martín por donde sacaron el cuerpo de Gema Rodríguez Sánchez H. Fraile
Mariano Cebrián

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Los extremos del Puente de San Martín de Toledo parecen estar unidos por un hilo invisible, el que une dos historias con casi 300 años de diferencia entre una y otra. En este caso, nada tienen que ver con una de las famosas leyendas toledanas, sino con el macabro asesinato de dos mujeres .

Una de esas historias sí que tiene un recuerdo en forma de una pequeña lápida de piedra en la parte del puente que da a la carretera de Piedrabuena, donde se puede leer: «Aquí mataron una muger (sic). Rueguen a Dios por ella. Sucedió a 2 de feb. de el año de 1690». Sin embargo, del asesinato en 1983 de la mujer en el otro extremo no hay ningún recuerdo, pero sí muchos misterios sin resolver. Entre ellos, su autor o autores, que aún pueden seguir sueltos sin haber pagado su pena.

Algo sobre lo que ahora quiere arrojar luz Álex Hebrail , uno de los niños de entre nueve y trece años que hace casi cuatro décadas descubrió su cadáver y que acaba de terminar una novela, ‘Misterio en el torreón’. Empezó a escribirla en 2019 y le dio un acelerón en 2020, durante la pandemia y el confinamiento, y se publicará a principios del próximo año como homenaje a Gema Rodríguez Sánchez , como se llamaba la joven de dieciocho años que apareció muerta. Para recordar este hecho, también reclama una placa de piedra similar a la del otro suceso del lado opuesto del puente.

De momento, el libro saldrá con una tirada de unos pocos centenares de ejemplares, para lo cual el autor puso en marcha una campaña de micromecenazgo en Verkami . Álex Hebrail ya tiene varias peticiones de reserva para comprar su novela y ha aparecido en algún medio de comunicación para hablar de su proyecto. Entre ellos, destaca su intervención en el programa ‘ El centinela del misterio ’, que tiene una audiencia de casi 200.000 personas. Sin embargo, la familia de la víctima no está de acuerdo con lo que está haciendo.

La historia se remonta al viernes 21 de septiembre de 1983. A la una y media, a la salida del entonces colegio Santiago de la Fuente (antiguamente matadero municipal y hoy Instituto de Educación Secundaria ‘Sefarad’), Álex y un amigo que vivía al lado, Raúl ‘el Pinchauvas’, sacaron a pasear cerca del torreón al perro de este último.

Álex Hebrail, autor de la novela 'Misterio en el torreón' H. Fraile

«Esa zona, por aquel entonces, era frecuentada por muchos yonquis que dejaban las jeringuillas tiradas por el suelo y nosotros la teníamos muchísimo respeto», comenta a ABC Álex Hebrail. Estando allí, recuerda, pasaban por debajo del torreón unos chavales del colegio que eran los «típicos abusones que hacían la vida imposible a muchos compañeros», y comenzaron a discutir con ellos, tirándoles piedras desde arriba. «Con la mala suerte -continúa- que justo de frente venía el padre de uno de ellos y decidimos escondernos en el interior del torreón».

Ese día, afirma, fue la primera vez que entraron dentro del conocido como ‘El Castillete’, cuya puerta de acceso superior entonces estaba abierta -no como ahora, al ser propiedad del Ayuntamiento de Toledo-. Para bajar, había una escalera de caracol que conecta parte inferior, que estaba llena de escombros y de desperdicios, y a la que se accede por otra puerta que está al lado del mismo Puente de San Martín.

Allí aguantaron un rato, dice Álex, «con la fortuna de que el padre de uno de los chavales se marchó rápido porque, según bajábamos por la escalera, el hedor ya era insoportable. Al principio pensábamos que el olor vendría del cadáver de un perro o un gato muerto y, aunque nos teníamos que marchar a comer para volver al colegio por la tarde, la curiosidad nos hizo volver».

Así fue cómo ese mismo día, al salir del colegio por la tarde, Álex y Raúl regresaron, pero acompañados de otros tres amigos: Mariano ‘el Terremoto’, Dylan y Donovan. Estos dos últimos, eran mexicanos llegados a Toledo y a los cinco chicos se llamó después «Los detectives».

La enterraron viva

Antes de adentrarse en el torreón, robaron del cercano monasterio de San Juan de los Reyes velas para poder ver en el interior de aquel lugar. Uno de ellos se quedó en la puerta superior para vigilar si venía alguien. Los otros cuatro, guiados por el olor a putrefacto de la estancia, llegaron hasta un montón de escombros, donde les pareció vislumbrar algo. «De primeras creíamos que era la cresta de un gallo o incluso un maniquí, pero enseguida nos dimos cuenta de que se trataba de los dedos de una mano lo que sobresalía de las piedras», relata aún con cierto temor Álex, que recuerda lo vivido como si hubiera sucedido ayer mismo.

Las investigaciones del caso apuntaron a que el autor o los autores de tan macabro asesinato enterraron a la chica semiinconsciente y su reacción fue sacar la mano para intentar salir o pedir ayuda. «Los dedos -señala Álex- estaban deteriorados porque llevaría mucho tiempo así y había alrededor muchas ratas, que probablemente se estarían comiendo el cuerpo». Al ir quitando los escombros, apareció una media roja y todo parecía indicar que debajo de ese montón de piedras había una persona. Pero se hacía de noche y los cinco amigos se marcharon del lugar atemorizados por lo que se suponía que allí habían encontrado y por la posibilidad de que llegara alguien.

Álex Hebrail sostiene el periódico delante de la puerta donde se encontró el cadáver H. Fraile

Sin embargo, la curiosidad de estos cinco niños les llevó a volver al día siguiente, sábado, y con todo el fin de semana por delante. Alguno de ellos decidió ya contar a sus padres lo que habían visto o, en el caso de Álex, a sus abuelos y a su hermano mayor, que son con los que vivía. Sin embargo, en sus casas no les hicieron caso, pensaron que eran cosas de chiquillos.

Ese día por la mañana, desescombraron otro poco para seguir destapando el cadáver, pero el domingo no volvieron y fue el lunes, al salir del colegio, cuando siguieron con esa tarea, con la que continuaron hasta el miércoles, 26 de septiembre de 1983, hasta que el cuerpo de la chica quedó descubierto por completo.

Al no saber a quien más contarle su hallazgo, pasaban por la zona del torreón otros dos compañeros del colegio, Fernando y Rafa. A ellos se lo dijeron, con la fortuna de que la abuela del primero de esos niños, que vivía al lado, sí que les hizo caso. Fue ella la que se puso en contacto con la policía, con la coincidencia de que en el mismo momento que llamaba pasaba un coche patrulla por el lugar.

Desaparecieron pruebas

«Espero que no sea una broma porque, si no, la vamos a tener». Esto es lo que les espetó el agente que conducía el vehículo a los chicos que le pararon. Fue Álex el que lo guió hasta el punto del torreón donde yacía el cadáver de la joven, que ahora sí que se veía a la perfección gracias a la linterna que portaba. El policía se puso muy nervioso y los echó fuera para avisar a la central para que le mandaran refuerzos.

Portada del Ya Toledo con la noticia

Como se puede ver en las fotografías que aparecieron en los medios de comunicación de la época que ya acudieron al lugar, los niños se quedaron en el pretil que hay al lado del Puente de San Martín. Mientras, se montaba el dispositivo con una gran presencia policial y de bomberos, justo en frente de la puerta inferior del torreón, que es donde se encontraba el cuerpo de la chica. «En ese transcurso de tiempo es cuando sucedió el hecho más extraño del caso. Un inspector de policía vestido con una chaqueta americana a cuadros, como en las películas, echó a todo el mundo y se quedó solo en la escena del crimen, durante una media hora», cuenta Álex.

«Después he sabido, al escribir la novela y contactar con dos de los bomberos que allí estaban y a los que no se tomó declaración, que del cuerpo de la joven desparecieron unos anillos, una cadena que llevaba puesta al cuello y las bragas que colgaban de una de sus piernas, donde puede que hubiese algún resto que confirmara si había podido ser violada». Son sospechas del autor de libro, en el que aporta como novedad esta hipótesis, con la que ahora intenta arrojar algo de luz sobre este hecho e incluso que se reabra el caso.

En un primer momento, según recuerda el autor de ‘ Misterio en el torreón ’, se apuntó y se detuvo al novio de la chica, Alfredo, un joven de su pueblo, Mazarambroz, que trabajaba en el casino de la localidad, así como a algún amigo más de la pandilla. Sin embargo, a las 24 horas se los soltó por la falta de pruebas contra ellos. Gema había dejado su trabajo en Madrid por otro en Toledo, donde vivía en la pensión Sevilla, cerca de la catedral. Y fue la dueña quien avisó de su desaparición a los padres, que alertaron a la Policía.

Gema podría haber ido a dar un paseo con un amigo que, al llegar a las proximidades del torreón del Puente de San Martín, trató de abusar sexualmente de ella. Según las hipótesis policiales, la víctima pudo resistirse y ser agredida en la cabeza con algún objeto que le causó la muerte tras recibir un fuerte golpe en la frente. Después, el homicida decidió enterrar el cuerpo sin vida bajo un montón de escombros y piedras. Esta teoría parece confirmarse por el hecho de que el pantalón que llevaba la chica se halló en un descampado a unos 100 metros de distancia de donde encontraron su cuerpo.

Álex ha estado durante muchos años sin volver a pisar por las cercanías del torreón. «El trauma que te deja todo esto cuando eres pequeño es tremendo porque, además, la policía te recomienda que cambies de hábitos e itinerarios por posibles represalias contra ti o tu familia cuando aún no se ha cogido al asesino», manifiesta. Pese a que el caso se cerró en 1989, aún quedan muchos cabos sueltos y el autor o autores siguen en la calle, si no han muerto.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación