ALFILERITOS
Un desastre económico
Renfe, según informa el director general de Viajeros, Enrique Urquijo , suspende el AVE entre Toledo, Albacete y Cuenca, por la escasez de la demanda. Desde la inauguración de este servicio, el pasado 19 de diciembre, las pérdidas diarias del trayecto —ojo, diarias—, eran ... de 18.000 euros, ya que tan sólo nueve personas a la ida y siete a la vuelta viajaban diariamente en seis trenes con capacidad cada uno para 365 usuarios. Nada de extraño tiene pues que el susodicho ejecutivo de Renfe agregue que el servicio era «un desastre», dada la paupérrima concurrencia de público para acceder a estos destinos a través del tren de Alta Velocidad. Y se preguntan muchos, ¿dónde estaban los estudios previos sobre la rentabilidad de la línea?, ¿cómo no se había tenido en cuenta las pérdidas que podrían producirse cuando el «tren pasea chapa»?, ¿quién o quiénes de los responsables de este fracaso operativo ferroviario ha presentado la dimisión o suspendido del cargo que ocupan?
Con estos despilfarros puede uno explicarse fácilmente el porqué de la crisis económica que padecemos, dado que los dineros públicos, por ejemplo lo de estas infraestructuras de comunicación, se gastan alegremente sin pensar en las negativas consecuencias de lo que se acomete. Y para más inri, se transmite que el interés político podría estar detrás de la puesta en marcha de un servicio tan claramente deficitario, basándose en la demanda de los alcaldes de los municipios fin de destino que lo convertían en un avance de la economía regional. Y como dineros es lo que sobra en Renfe a pesar de los pesares, pues para hablar de las pérdidas que justifican el cierre del AVE directo Toledo-Albacete-Cuenca, se elige un hotel de cinco estrellas de la capital regional. Como si no existiera algo parecido a la pensión del «Tío Kico» para trasladar tan triste y lastimosa noticia.
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