El falsificador del «Histaverin»

El joven bajó del tren con la mercancía en las manos y no supo justificar a los agentes por qué llevaba esos doce recipientes, cada uno de 250 mililitros, cuando le preguntaron por ello.

Luego, en casa del sospechoso, los investigadores encontraron más pruebas: el equipo informático que el individuo utilizaba para falsificar recetas médicas con las que obtenía el fármaco. Después, el acusado vendía el «Histaverin» a drogadictos a cambio de una cantidad de dinero que no ha sido precisada por la Guardia Civil. Los agentes hallaron 200 prescripciones falsas, listas para llevarlas a las boticas. El sospechoso fue arrestado como presunto autor de un delito por falsedad documental y otro contra la salud pública.

Con su detención, la Guardia Civil ponía fin a siete meses de investigaciones en el marco de la operación «Hista» , en la que han participado agentes de Ciudad Real y Albacete.

Sus pesquisas arrancaron el pasado julio, después de recibir un informe del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) en Ciudad Real, en concreto de la Inspección de la Gerencia de Coordinación e Inspección, y otro de la Sección Farmacéutica de la dirección provincial de la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales . En ambos se apuntaba a una falsificación de infomes médicos de servicios de urgencias y de recetas médicas con un denominador común: el jarabe «Histaverin».

Este medicamento tiene como principio activo la codeína (DCI) o metilmorfina, un alcaloide que se encuentra de forma natural en el opio. Considerado como un narcótico, es utilizado con fines médicos como analgésico, sedante y antitusígeno, que actúa centralmente para suprimir la tos. Se presenta en frascos de 100 y 250 mililitros, que se venden en farmacias a 2.11 y a 4.95 euros la unidad, respectivamente.

La Guardia Civil comprobó que en las recetas e informes médicos se falsificaron los nombres de los pacientes y los nombres de los médicos de cabecera o de urgencias, así como sus firmas. Incluso, el autor falseó los números de identificación de los pacientes con el fin de que no pudieran localizarlo. Sin embargo, el sujeto cometió varios errores que permitieron a los agentes llegar hasta él y detenerlo. J. G. E. prestó declaración en el juzgado de instrucción número 1 de Tomelloso y ahora está en libertad con cargos.