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Enrique Sánchez Lubián - Esbozos para una crónica negra de antaño (XXI)

Cadáveres sin nombre en las aguas del Tajo

Entre los vecinos de la zona, mientras tanto, cundía el miedo, sospechándose que todo pudiera deberse a ajustes de cuentas entre bandas de «apaches»

Vista área de la finca de Higares, en cuya cercanía aparecieron los cadáveres flotando sobre las aguas del Tajo (Foto, Archivo Municipal de Toledo)

Enrique Sánchez Lubián

En la tarde del 8 de enero de 1930, Doroteo Martín Ruano , guarda jurado de la dehesa de Higares, en Mocejón , acudió presuroso al cuartel de la Guardia Civil para denunciar que sobre las aguas del Tajo había visto flotando un ... cadáver. Cuando fue rescatado, pudo comprobarse que atado a su cintura, con alambre de espino, llevaba un tubo metálico de unas dos arrobas de peso. El cuerpo se correspondía con un varón de entre treinta y cinco a cuarenta años, vestido con traje azul de paño, jersey de colores y botas negras. En la cabeza tenía un pañuelo que le cubría los ojos y en la parte posterior del cráneo presentaba una herida que, en principio, parecía hecha con un hacha. Comenzaba así una intensa investigación judicial y policial para identificar a la víctima, aclarar la causa de su muerte, y, en caso de estar ante un asesinato, descubrir a los autores.

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