opinión
Cuando faltan principios
«Estamos en un tiempo en el que, si todos los corruptos fueran a prisión, tendrían que desalojar las celdas de los presos comunes para poder albergar a todos los que han hecho y hacen méritos para entrar»
Carlos Martín-Fuertes
Toledo
A nadie se le escapa que vivimos unos tiempos muy convulsos en nuestro país, una etapa de nuestra historia colectiva muy difícil de digerir, al menos cuando se tienen las ideas claras y que a la razón no nos la nubla impedimento alguno. Con ... todo lo que nos rodea, con todo lo que tenemos encima, no sé ni por dónde empezar.
Estamos en un Estado de derecho, donde desde hace unos años, se cuestiona según se dicten las sentencias judiciales. Si es a mi favor, lo acato y celebro. Y si es, al contrario, acatamos y respetamos, pero si puedo hago lo que puedo y meto baza y lo que me dejen ante el poder judicial, contrapeso imprescindible para un buen funcionamiento democrático. Estamos en un país donde el partido de Gobierno que más años lleva gobernando prescinde de invitar a congresos a militantes que han sido ministros de Gobiernos e incluso presidentes del Gobierno. En un lugar donde algunos dicen que España se rompe y otros que le contrarrestan diciendo que lleva mucho tiempo rompiéndose y desgajándose.
Estamos en un país, donde al Jefe de Gobierno le han metido en la cárcel a tres de sus máximos colaboradores; donde su esposa es sospechosa de ejercer una actividad sin tener la titulación necesaria y más cosas; que tiene un hermano que 'trabaja' en la Diputación de Badajoz y que nadie controla, que cobra una pasta gansa por su trabajo y encima le pregunta el juez que cuál es su trabajo y contesta que no lo recuerda. Como un presidente de Diputación que utiliza fondos públicos para irse de jolgorio y arañar pelas para aumentar su cuenta corriente.
Estamos en un país donde los corruptos campan a sus anchas y se gastan dinero público en irse de puteo, comidas y mariscadas de alta factura. De un presidente de una comunidad autónoma en la que perecen más de 200 personas en un temporal, que tiene su buena parte de responsabilidad en la gestión y no dimite ni le echa su partido. Que tardan un año en reaccionar y por lo que vamos sabiendo ha sido un mentiroso desde el principio.
Estamos en un país donde el presiente del Gobierno cambia de camisa más que las culebras, que miente descaradamente y cuando le pillan, en vez de confesarse culpable nos sale diciendo que son cambios de opinión. Que para gobernar se contradice de todo lo anunciado a bombo y plantillo y pacta con partidos que en otros países estarían ilegalizados. Estamos en un país que está preso de un prófugo y de su partido que nos vacila y juega mofándose de nosotros como si todos estuviésemos tan podridos como ellos
Estamos en un país donde te enteras que un exministro de Hacienda se ha estado presuntamente aprovechando, robando y amasando desde una posición privilegiada. Estamos en una etapa en la que vale casi todo con tal de no perder el sillón, que me aporta un sueldo aceptable y en el que, menos mal, buena parte de la prensa aún es libre y hace periodismo de investigación. Si no fuera por ellos, fijémonos, no saldría a la luz ni la mitad de lo que sabemos. Y conste que aún ignoramos infinidad de datos
Estamos en un tiempo en el que, si todos los corruptos fueran a prisión, tendrían que desalojar las celdas de los presos comunes para poder albergar a todos los que han hecho y hacen méritos para entrar.
«Estamos en un país donde los corruptos campan a sus anchas y se gastan dinero público en irse de puteo, comidas y mariscadas de alta factura»
Carlos Martín-Fuertes
Y para colmo estamos en un país donde el presidente de otra Comunidad, no de las llamadas históricas, pero si con mucha historia, coge el calendario escolar de su región y por la cara suprime la denominación de vacaciones de Navidad y Semana Santa por otras que dicen descanso o pausa del primer trimestre y otra en el segundo. ¿A cuento de qué viene este cambio y esta gilipollez? No tenemos bastante con la lluvia que está cayendo y nos inventamos otro numerito.
¿No queda en este país ningún gobernante con responsabilidades de gobierno que esté limpio, que no sea un jeta? ¿Qué estamos enseñando a nuestros vástagos, a la sociedad? ¿Qué hay que ser malos para vivir bien, que hay que ser corruptos, cobardes y pusilánimes? Pues qué bien. ¿Se nos han olvidado los principios que se supone que todo ser medianamente formado y legal tiene que tener? Si todo esto es progresismo, desde luego, yo de debo ser un retrogrado por no rebelarme ante tanta inmundicia.
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