Ofrenda al Apóstol
El Rey Felipe VI: «Quiero pedir al Apóstol la protección de quienes luchan contra el drama de los incendios»
La Familia Real se ha trasladado a Santiago de Compostela para presidir la Ofrenda al Apóstol en el Día de Galicia
Don Felipe ha reivindicado los «valores cívicos, culturales y espirituales del Camino de Santiago» frente al «horror de la guerra»
Santiago
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Iniciar sesiónLos incendios, la guerra en Ucrania, la pandemia de coronavirus, las «incertidumbres» económicas. La cara más adversa de la actualidad ha marcado el tono del discurso de Felipe VI durante la Ofrenda Nacional al Apóstol Santiago, momento culminante de la ceremonia desarrollada este lunes ... en la Catedral de Santiago de Compostela. El Rey, no obstante, ha realizado un llamamiento al optimismo, al reivindicar que «España tiene valores, los valores de un pueblo responsable, decidido, fuerte y solidario», que explican por qué «en todo este tiempo no se ha doblegado nuestra capacidad para seguir adelante». Es el tercer año consecutivo, y cuarto en total, en el que los Reyes presiden el acto central del Día de Galicia, el 25 de julio. Tanto en 2021 como en 2022, con una significación especial, por el Año Santo bienal y extraordinario.
Los Reyes, acompañados por Sus Altezas Reales -las cuales ya habían acudido a la ceremonia en 2021-, han llegado puntuales, a las 12.00, a la Plaza del Obradoiro, donde aguardaban las autoridades y varios centenares de personas que deseaban asistir a la ceremonia civil, celebrada a los pies de la catedral. Don Felipe, Doña Letizia, la princesa de Asturias, Doña Leonor, y la infanta Doña Sofía, acompañados por la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño, han sido recibidos por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que se estrena en esta jornada al frente del gobierno gallego; la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices; el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo; el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones; el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Teodoro López Calderón; y el expresidente de la Xunta y presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.
El Rey ha dedicado sus primeras palabras de la ofrenda a «transmitir nuestro cariño y apoyo a todas las personas que han sufrido y que todavía sufren las terribles consecuencias de los incendios, que están asolando tantos lugares de España». Don Felipe ha recordado que las personas afectadas por el fuego «han tenido que ser evacuadas de sus hogares», «han perdido sus casas, sus cosechas, sus ganaderías, su modo de vida, la vida misma». «Nuestra condolencia sincera a las familias de los fallecidos en estos momentos de profunda tristeza y consternación», ha expresado.
Sin olvidar que en Galicia, donde han ardido ya más de 32.000 hectáreas en las últimas semanas, se «sabe bien lo que es sufrir el azote de los incendios y también ha padecido de manera intensa, y padece, esta última oleada de fuego». De nuevo, ha querido hacer llegar la «solidaridad y respeto a todos los afectados», en su nombre y en el de la Reina, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía. Al Apóstol Santiago le ha pedido «la protección de quienes luchan día tras día contra este drama».
Felipe VI: «La paz debe marcar siempre el norte de nuestra brújula. Ahora y siempre»
El Monarca ha asegurado que «el proyecto europeo conserva intacto su significado, porque somos mucho más que países con intereses coincidentes», «pueblos unidos por un origen y un destino, por valores y principios comunes». Los «valores de la democracia y la cultura» han de estar «en la base de la consolidación de nuestro gran proyecto común», pues sin ellos, ni la economía ni el comercio ni la energía tienen «un sentido profundo». Una defensa que cobra especial relevancia al contraponerse al «horror de la guerra» que sacude el corazón de Europa, cuando la «convivencia (…) parecía asegurada» en el continente: «La paz debe marcar siempre el norte de nuestra brújula. Ahora y siempre».
El conflicto bélico en Ucrania, por la invasión de Rusia, es uno de los motivos, ha proseguido la Ofrenda, por los que «atravesamos un compás histórico en el que los miedos, dudas e incógnitas parecen nublar los horizontes de toda la humanidad». El Rey ha recordado que 2021 «continuó marcado por el dolor que nos impuso una pandemia sin precedentes en nuestra historia reciente». Y que «en este 2022, al contrario de lo que se anhelaba, las incertidumbres permanecen, no solo en el ámbito sanitario, sino también las relacionadas con la paz o con la economía». Una situación de tal «complejidad» que «supone nuevamente un reto colectivo de gran envergadura».
Una confluencia de adversidades que han deparado «momentos muy duros en los últimos años», que «nos impactan como sociedad y como personas». Pero España, ha subrayado, los ha afrontado con «entereza». «Nunca nos ha faltado ni ambición ni coraje. Porque España tiene carácter. Y lo ha demostrado a través de su historia, lo demuestra día a día y lo demostrará siempre», ha proclamado.
En gallego, ha remarcado que la «fortaleza» que «impregnó» los caminos que llevan a Santiago, durante siglos, es la que «nos ayuda a afrontar con ánimos renovados las dificultades del presente». Por último, siguiendo este hilo argumental, ha expresado el deseo de que «nuestro país dé los pasos correctos en esta etapa del camino no exenta de obstáculos».
Don Felipe ha tenido también palabras para el Año Santo Xacobeo -en especial, para «el enorme valor material y simbólico del Camino», su «carácter vertebrador» y condición de «primer proyecto europeo común»-, y singularmente para la Ofrenda al Apóstol, enfatizando que «la Corona cumple, en este Día de Santiago, con una tradición muy querida que mantiene desde 1643 (…) y que se adapta a los tiempos sin dejar de respetar y perfeccionar su esencia». Además de reafirmar el «compromiso» con esta celebración, ha trasladado la alegría por volver a Galicia en fecha tan señalada.
Ceremonia civil
Antes de la celebración litúrgica de la Solemnidad del Apóstol Santiago, presidida por el Arzobispo compostelano, Julián Barrio, en la Plaza del Obradoiro ha sonado el Himno de España tras llegar la Familia Real y el Rey ha pasado revista a las tropas, compañía de honores mixta formada por integrantes de la Brilat de Pontevedra y de la Infantería de Marina de Ferrol. El público ha saludado a los Reyes y sus hijas con vivas en esta breve ceremonia civil, que ha culminado con la entrada de la comitiva en la Catedral, en cuya puerta ha recibido el Arzobispo a Don Felipe, Doña Letizia, la Princesa de Asturias y la Infanta Doña Sofía.
Monseñor Barrio, en su respuesta-homilía, ha encomendado a la intercesión del Apóstol Santiago «a todos los pueblos de España y de forma especial al pueblo gallego, a las personas víctimas de la violencia y de las guerras en Ucrania y otros países, y que sufren las consecuencias físicas y morales». «Ojalá que el único humo que vuele a las alturas sea el del Botafumeiro», ha añadido en alusión a los incendios forestales, para, a continuación pedir por «quien perdió su vida» a causa de las llamas, así como «por los que murieron en el mar y por sus familias» -reciente está en la memoria el naufragio del Villa de Pitanxo en Canadá, que se cobró 21 almas-.
Tras pedir también al Apóstol que conceda «fortaleza, generosidad y constancia» a los gobernantes, ha solicitado para Sus Majestades y la Familia Real la «bendición», por ser «siempre sensibles a todo lo que afecta a nuestro pueblo». El vuelo del botafumeiro, bajo los acordes del himno al Apóstol Santiago, seguido de la Bendición Apostólica, han puesto el broche a la ceremonia.
Una vez concluida la misa solemne, se han desarrollado varios actos nuevamente en el Obradoiro. Tres paracaidistas de la PAPEA, la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire, descendieron sobre la plaza portando, dos de ellos, sendas banderas de España y Galicia, con el tercero saltando primero, a modo de guía. La enseña autonómica, a cargo de un gallego: el sargento Pablo García Matanza. Los Reyes y sus hijas, que han presenciado este espectacular despliegue desde el balcón de la fachada principal de la catedral, han procedido a continuación a saludar al equipo de la PAPEA; a expedicionarios de la Ruta Quetzal -que retoma la actividad con la expedición 'Traslatio' que conmemora el Año Santo y se centra en el viaje final de los restos del Apóstol Santiago- y su responsable, Íñigo de la Quadra-Salcedo; y a Manolo Paz, autor de la escultura ‘Bolboreta’ (mariposa, en gallego) ubicada en la plaza central de Santiago de Compostela. Por último, se han trasladado al Pazo de Raxoi para la firma en el libro de Oro de la ciudad, en el despacho de la alcaldía.
Seguidamente, han mantenido un encuentro con los miembros del Gobierno de la Xunta, la corporación municipal de Santiago de Compostela y los alcaldes del grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad. Un público aún más numeroso que el de primera hora ha desafiado al calor, que apretaba ya en la plaza compostelana, para ver a los Reyes y sus hijas y lanzar nuevos vítores, prolongados cuando se han marchado al filo de las 14.45.
Compromiso renovado
Durante la audiencia que el Rey concedió al presidente de la Xunta, en el Palacio de la Zarzuela, el pasado 1 de julio, Alfonso Rueda invitó a Don Felipe, Embajador Vitalicio del Xacobeo, junto a la Reina y sus hijas, a acudir un año más a Galicia, y Casa Real confirmó su presencia este lunes, 25 de julio, unos días más tarde. «Vuelven a estar en este Doble Año Santo, se lo agradecemos muchísimo», señalaba Rueda. «Supone un respaldo y un espaldarazo al magnífico Xacobeo que estamos teniendo» -este pasado fin de semana se esperaba superar el número de peregrinos de todo 2019-.
La conexión de la Corona, y singularmente del Jefe de Estado, con Galicia se está plasmando este 2022, segundo Año Santo, en forma de actos en la Comunidad con especial intensidad. El pasado 26 de abril, el Rey visitó el Puesto de la Guardia Civil de Sarria; el 24 de mayo, en Vigo, inauguró la nueva Ciudad de la Justicia y la feria Navalia, en Ifevi; y el 16 de julio presidióel acto de entrega de Reales Despachos a los nuevos oficiales de la Armada, así como la jura de bandera de los alumnos de primer curso de la Escuela Naval Militar de Marín.
En su encuentro en Zarzuela, Rueda trasladó al Monarca el «sentir de la mayoría en Galicia», de «respeto y cariño a la institución de la Monarquía, y especialmente, al Rey»; y Don Felipe transmitió al presidente gallego que «cada vez que está en Galicia sentía ese cariño». Un afecto que ha vuelto a quedar patente este lunes.
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