Piden 33 años de cárcel por intento de asesinato con una bomba casera en Tenerife

Aprovechó su trabajo como cerrajero y soldador en una empresa ubicada en San Miguel de Abona para elaborar «de forma clandestina» un artefacto explosivo-deflagrante artesanal, que se componía de una caja de chapa metálica con tres bombonas de gas butano cada una conectadas a un sistema eléctrico junto con una serie de tornillos cortados al bies y fragmentos de varillas metálicas que depositó a modo de metralla al fondo de la caja.

Esta estaba diseñada de tal modo que se activaba repentinamente tras la apertura o manipulación de la tapa superior.

El acusado trasladó a las 4.52 horas del 22 de noviembre de 2020 la caja dentro de un saco blanco a la puerta del garaje de la vivienda de la que la víctima, que se percató de ella a las 11 horas y ante su curiosidad, avisó a su hermano y su padre. A primera hora de la tarde procedió a fracturar el candado y levantar la tapa.

En ese momento se originó la explosión, aunque la metralla colocada no llegó a proyectarse dada su defectuosa colocación. El artefacto que dejó quemaduras de primer y segundo grado en varias partes del cuerpo de la víctima y sus familiares, que tuvieron que ser ingresados en un hospital, además de provocarles un trastorno ansioso y estrés postraumático leve.

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de fabricación, tenencia y transporte de aparato explosivo, por el que pide seis años de cárcel, y otros tres delitos de tentativa de asesinato por los que reclama 9 años de cárcel para cada uno. Además pide una orden de alejamiento de las tres víctimas durante diez años y el abono de más de 10.000 euros en concepto de indemnización.

El juicio está previsto para el próximo martes en la sección quinta de la Audiencia Provincial.