El Gobierno pide al PP que le salve del primer plantón de Puigdemont

Bolaños llama a Gamarra y Díaz a Sémper para que los populares convaliden este miércoles los tres decretos

Junts da un paso más y pide retirar las medidas para negociarlas con el Ejecutivo desde cero antes de presentarlas

El PP votará 'no' a los tres primeros decretos de Sánchez y muestra la endeblez del Gobierno

La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, y el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes EP

Han pasado apenas cinco semanas desde la sesión de investidura de noviembre y los cimientos sobre los que Pedro Sánchez construyó su reelección empiezan a resquebrajarse. El no de Junts, uno de sus aliados, a los tres primeros decretos del Ejecutivo que se votan ... mañana en el Congreso de los Diputados (aunque la sesión se celebrará en el Senado, por las obras que se están realizando en la Cámara Baja) evidencia la fragilidad parlamentaria del mismo. Tanto, que ya ha tenido que asomarse por encima del muro que levantó en su discurso de investidura el propio presidente del Gobierno para aislar al Partido Popular y pedir ayuda. Un salvavidas que Feijóo no está dispuesto a lanzarle tan alegremente y eso que Sánchez ha enviado ya a dos emisarios de envergadura para convencer a los populares. Llamadas apelando a la «responsabilidad», pero sin ofrecer nada a cambio. «Con poca voluntad» de diálogo, denuncian fuentes del PP, que con sorna subrayan que «ahora parece que las urgencias del Gobierno producen un repentino interés en la postura del Partido Popular».

El primer telefonazo del Gobierno a Génova llegó el domingo. Félix Bolaños, ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes –ministro para todo–, pidió ayuda a Cuca Gamarra. La secretaria general del PPtrasladó la misma respuesta que AlbertoNúñez Feijóo había avanzado durante la semana, que el primer partido de la oposición (y de las Cortes) concedería como mucho una abstención y sería a cambio de deflactar el IRPF a las rentas menores de 40.000 euros, bajar el IVA a la carne, el pescado y las conservas y una marcha atrás en el alza del impuesto de valor añadido en la luz y el gas. Todo ello mediante enmiendas a esos tres decretos que necesita ahora convalidar el Ejecutivo. Esa primera toma de contacto entre Bolaños y Gamarra se retomó este lunes tras haber confirmado el Gobierno el no de Junts a los tres decretos. E incluso la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, llamó personalmente al vicesecretario de Cultura del PP, Borja Sémper, para sondear su apoyo. Lo hizo después de que se confirmase que la también titular de Trabajo ni siquiera tiene garantizado el apoyo a todos los decretos de los cinco diputados de Podemos, que piden cambiar la disposición tercera del que afecta a las medidas laborales, por considerar que el régimen transitorio de cotización para los mayores de 52 años supondrá una pérdida de poder adquisitivo para esas personas. Algo, esto último, que el Gobierno niega.

Ante el primer apuro serio de la legislatura, y pese a haber presumido durante todo el otoño de haber logrado más apoyos que nunca (179) a la investidura, el PSOE forzó la máquina este lunes. Primero con esos contactos, en los que también se está empleando a fondo el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, un hombre de la máxima confianza de Bolaños. Y luego con una rueda de prensa improvisada en Ferraz en la que Santos Cerdán, secretario de Organización, elevó la voz tratando de trasladar la responsabilidad de ese posible primer fracaso del Gobierno a la oposición. Descartó que estuviera en los planes gubernamentales retirar los decretos.

Desde el 9 de octubre no se realizaba una comparecencia ante los medios en la sede central del PSOE, pero la ocasión no permitía quedarse en el mutismo. Cerdán le pidió «responsabilidad» a Alberto Núñez Feijóo y le reprochó que diga que «no quiere salvar a Sánchez» ya que, argumentó, a quien se salva con las medidas contenidas en los decretos –entre ellas las relativas a las pensiones o al transporte público– es «a los ciudadanos», enfatizó. Al mismo tiempo, Cerdán acusó al líder de los populares de no tener «proyecto político» y de estar condicionado en su acción política por la «ultraderecha», en referencia a Vox. El número tres de la cúpula socialista ni siquiera se privó de criticar abiertamente las enmiendas que plantea el PP, la formación que solicita su apoyo. A su juicio, con la eventual deflactación de la tarifa del IRPF, la bajada del IVA de la carne, el pescado y las conservas o la petición de que no se aplique la subida de ese mismo impuesto a la luz y la electricidad, «lo que el PP pretende es menos ingresos y más gastos. Que nos expliquen cómo se hace», sentenció.

Horas antes, la vicepresidenta María Jesús Montero, en una entrevista en La Hora de la 1, de Televisión Española, afirmó que se seguía negociando con Junts, como también confirmó luego Cerdán, quien precisamente se reunió la semana pasada en Barcelona, en secreto, con el secretario general de Junts, Jordi Turull. La posición de los socialistas, aun cuidadosa en las formas con su socio, no está exenta del reproche a su postura de bloqueo de los decretos. «A veces se negocian cosas más elevadas, pero ahora toca las cosas de comer, y con eso no se juega», subraya un alto cargo socialista, mientras que otro lanza en tono de reproche a los independentistas que «en Cataluña también hay pensionistas».

Las dudas de sus socios

A la misma hora que hablaba Cerdán lo hacía también Borja Sémper, que ejerció de portavoz tras el Comité de Dirección del PP. El vasco confirmó los contactos, pero sin dar los detalles que había desvelado el PSOE, algo que no sentó bien a los populares. «Una vez que el Gobierno ha decidido informar a los medios de comunicación de contactos con la dirección del Partido Popular [no lo hizo la pasada semana de la reunión que mantuvo Santos Cerdán con Jordi Turull], desde el PP confirmamos que se han producido hasta tres llamadas informales con integrantes del Ejecutivo», señalaron fuentes del partido de Feijóo, que resaltaron «las urgencias del Gobierno» dos semanas después de que «María Jesús Montero y Teresa Ribera rechazaran un encuentro con el PP de manera descortés». Los populares pidieron al Ejecutivo que se «ahorren nuevas llamadas para solicitar apoyo si no es para adquirir este compromiso».

Por su parte, Josep Rius, portavoz de Junts, ratificó este lunes que los siete diputados de la formación que lidera Carles Puigdemont votarán en contra de las tres normas presentadas por el Gobierno, al que exigió que retire los decretos, que contienen diversos asuntos variados en temática, y los presente «uno a uno» después de negociarlos con ellos. También Podemos expresó sus dudas acerca del apoyo a los decretos, aunque en su caso lo que quiere el partido de Ione Belarra es que el Gobierno se siente con ellos para validarlos como actor político en la actual legislatura tras su salida de Sumar hace algunas semanas. Desde el PNV, su presidente, Andoni Ortuzar, anunció su voto afirmativo a los tres decretos «por responsabilidad». Ortuzar, en una entrevista en RNE, emplazó al Ejecutivo a «volver a la senda de la normalidad» y evitar el abuso de los reales decretos en pro de proyectos de ley.

 

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