Prohens cierra la puerta a Vox en el Gobierno balear y garantiza que agotará la legislatura en solitario

La líder autonómica marca distancias con la formación de derecha radical, sólo un día después de aprobar los presupuestos de 2025 -con el apoyo de Vox-, a pesar de que ésta sigue siendo clave para la estabilidad parlamentaria del PP en las Islas.

Prohens ha reconocido que la aprobación reciente de los presupuestos autonómicos de 2025 supone una «liberación» tanto para ella como para su equipo. Sin embargo, asegura que esto no implica una recomposición del vínculo político con el partido de Santiago Abascal, cuya presencia en los gobiernos autonómicos fue desautorizada por la dirección nacional del PP hace ahora un año. Todos los cargos de Vox se salieron de los gobiernos en coalición, exceptuando el de Baleares, donde Prohens gobernaba en minoría.

«Tenemos la responsabilidad de gobernar y no estamos aquí para aprovechamientos partidistas ni personales», sostiene la presidenta balear al ser preguntada por un posible adelanto electoral. Prohens rechaza cualquier tentación de convocar elecciones anticipadas e insiste en que su objetivo es «cumplir con los compromisos adquiridos» y «dar estabilidad a Baleares».

Con este mensaje, la dirigente popular lanza también una señal al conjunto del panorama político nacional. El PP balear no contempla reeditar fórmulas de coalición con Vox y prefiere una gobernabilidad basada en pactos puntuales, sin ataduras formales.

Las declaraciones llegan en un momento clave después de que este miércoles Prohens lograra cerrar un pacto presupuestario que pone fin a meses de enfrentamiento con Vox. La presidenta de Baleares es una de las pocas baronesas del PP capaces de contener la presión de Vox sin ceder el control del Ejecutivo. Sólo Carlos Mazón, en la Comunidad Valenciana, ha alcanzado un acuerdo similar este 2025.

Con la aprobación de los presupuestos -que crecen un 3% respecto a 2024 y alcanzan cifras récord en inversión social- Prohens amarra su mandato hasta 2027, aunque asumiendo algunas de las exigencias de Vox. Desde un plan de libre elección lingüística -presupuestados 21 millones de euros para garantizar enseñanza en castellano-, hasta una batería de guiños ideológicos como una declaración institucional contra el Pacto Verde Europeo, pruebas dentales para determinar la edad de inmigrantes que llegan en patera y un documental sobre la represión republicana en la televisión autonómica IB3.

A pesar de ello, la presidenta ha dejado claro que no hay «vuelta atrás» en la estructura de poder del Gobierno balear. La entrada de Vox, sugerida por algunos sectores de la formación tras el pacto presupuestario, está descartada. «No habrá cambios. Tenemos la responsabilidad de gobernar y sin cálculos partidistas», afirma Prohens, quien también ha descartado un adelanto electoral.

La presidenta balear, que presume de haber ejecutado ya el 90% de su programa en sólo dos años, se presenta como una gestora eficaz que ha logrado un equilibrio entre la gobernabilidad y la autonomía política frente a Vox. Una posición que refuerza su liderazgo territorial y puede tener eco en el debate interno del PP sobre cómo relacionarse con Vox en un futuro inmediato.

Alberto Núñez Feijóo trazó el pasado fin de semana una nueva línea roja para el Partido Popular durante la clausura del congreso nacional del partido. El líder de los populares se comprometió de forma solemne a no gobernar nunca en coalición con Vox, a no pactar con «este PSOE» y a rechazar cualquier cesión ante las exigencias de los nacionalistas. Su promesa es «gobernar en solitario o no gobernar». Un principio que refleja el modelo que ya aplican barones como Marga Prohens o los presidentes autonómicos con mayoría absoluta.