Idoia Ribas pide su baja del Grupo Parlamentario Vox Baleares: «Mi salida confirma el hundimiento»
La diputada balear, clave al inicio de la legislatura, hace oficial su petición para ser diputada no adscrita, y acusa a la cúpula de llevar al partido hacia la «autodestrucción»
La ex portavoz que lideró la rebelión en Baleares rompe con Vox por «acoso interno» y se convierte en la tercera baja que suma el partido
Palma
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Iniciar sesiónLa diputada autonómica Idoia Ribas ha formalizado este jueves su salida del grupo Vox en el Parlamento de Baleares y ha solicitado ser reconocida como diputada no adscrita.
En un duro comunicado, Ribas afirma que su decisión «confirma el hundimiento» del proyecto liderado ... por Santiago Abascal y carga contra la dirección nacional, a la que acusa de provocar deliberadamente una deriva «autodestructiva» que ha hecho perder representación al partido en múltiples instituciones.
Su salida se produce en un contexto de alta tensión dentro de Vox en Baleares. El pasado lunes, Idoia Ribas protagonizó un agrio enfrentamiento en el pleno del Parlamento con la actual portavoz del grupo, Manuela Cañadas. La bronca, presenciada por el resto de diputados, precipitó su ruptura definitiva.
Es la tercera baja en Vox Baleares
Aunque Ribas ya se había dado de baja como militante, hasta ahora mantenía un 'pacto de no agresión' con la dirección para evitar una nueva fuga que debilitara aún más al grupo. Con su marcha, Vox Baleares pierde a una de sus figuras más relevantes y acumula ya tres bajas en apenas dos años, perdiendo tres de los ocho escaños que obtuvo en las elecciones autonómicas de 2023.
Ribas, que fue portavoz del grupo al inicio de la legislatura y una figura clave en las negociaciones con el Gobierno de Marga Prohens, sostiene que Vox ha renunciado a ejercer el poder allí donde tiene representación: «La dirección nacional ha impedido deliberadamente que participemos en el gobierno balear», denuncia en su comunicado, que critica también el «desprecio irracional» del partido hacia el municipalismo y las autonomías.
«La subsistencia de este partido sigue dependiendo de las aportaciones públicas que recibe. Es un proyecto pagado por todos los contribuyentes, pero que sólo sirve para dar cobijo a quienes lo dirigen», asegura cuestionando directamente la gestión política, económica y organizativa del aparato central de Vox.
Esta sangría de diputados en Baleares se suma a otras crisis territoriales que sacuden a Vox en otras comunidades autónomas, con dimisiones, expulsiones o fracturas como las ocurridas en Castilla y León, Aragón o Madrid. En todos los casos, los críticos denuncian la férrea disciplina impuesta desde Madrid, la falta de autonomía territorial y los conflictos internos por el control del partido.
Cabecilla de la rebelión interna
Desde la dirección nacional de Vox aún no se ha emitido una respuesta oficial al comunicado de Ribas, que cierra su declaración reafirmando su compromiso con los ciudadanos: «No me someteré a presiones partidistas. Seguiré trabajando desde mi nueva condición, porque la política no debe servir a los partidos, sino a las personas».
La salida de Idoia Ribas no es un hecho aislado, sino el último episodio de una prolongada rebelión interna que comenzó al inicio de la legislatura. Ribas, junto con los diputados Agustín Buades y Sergio Rodríguez, lideraron un bloque crítico dentro del grupo parlamentario que intentó forzar la salida del presidente del Parlamento balear, Gabriel Le Senne, y de la líder regional, Patricia de las Heras, los dos únicos diputados fieles a la dirección nacional y a Santiago Abascal. El intento de expulsión fracasó por una cuestión de aritmética parlamentaria: si los cinco críticos abandonaban Vox, el grupo quedaba desmembrado y en minoría, con apenas tres diputados.
Aunque fueron expedientados, no llegaron a ser expulsados. En los meses siguientes, la dirección nacional logró reconducir a Manuela Cañadas y María José Verdú para recuperar la mayoría interna, mientras que Ribas, Buades y Rodríguez impulsaron la asociación civil Avanza en Libertad, una plataforma ideológicamente afín a Vox, pero crítica con su cúpula. Posteriormente, Rodríguez regresó al grupo oficialista, dejando a Ribas y Buades al frente de la asociación, que algunos ya interpretan como el embrión de un futuro partido.
Esta semana, tras formalizar su salida de Vox, Ribas dejó caer entre líneas que ya sólo quiere «seguir avanzando en libertad».
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