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Historia

La historia del obispo al que ficharon de «semental» para salvar la Casa Real de Aragón

Ramiro se vio forzado a aparcar los hábitos, convertirse en rey, casarse y dar descendencia al morir Alfonso I El Batallador

Cuadro representando a Ramiro II como rey y como obispo

R. P.

En 1134, el Reino de Aragón se asomó al abismo: el rey Alfonso I El Batallador murió sin haber tenido hijos , y había dejado un desconcertante testamento en el que repartía todas las posesiones entre las órdenes militares del momento. Para evitar ese ... entuerto, la nobleza se conjuró para coronar al hermano del fallecido Alfonso I. El problema es que era monje y obispo , así que se le forzó a aparcar los hábitos, hacerse cargo del trono, buscarse esposa y encamarse para tener descendencia cuanto antes. Una suerte de «semental» de sangre real que, por otra parte, cumplió con éxito su misión.

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