El eccehomo de Borja acaba en un enredo entre abogados

La rocambolesca historia del eccehomo de Borja ha acabado en un enredo entre abogados, en el que letrados de tres partes en liza tratan de ponerse de acuerdo para ver qué hacer con la pintura original y con el chapucero repintado que quedó tras la voluntariosa, pero fallida, «restauración» en la que de buena fe se embarcó una pintora aficionada de la localidad, la octogeneria Cecilia Giménez .

Desde agosto, cuando saltó la noticia, el fiasco se ha acabado convirtiendo en un atractivo turístico sin precedentes , con miles de visitantes cada semana que acuden a ver la pintura. Y, con ese tirón turístico, surge la duda: ¿Se recupera la pintura original, realizada hace ochenta años por el artista Elías García Martínez, o se preserva tal y como ha quedado, tras la fallida restauración de Cecilia Giménez?

No es decisión sencilla. Está en manos de la Fundación Sancti Spiritus, a la que pertenece el santuario en el que está la pintura en cuestión, fundación que es del Ayuntamiento. Pero el proceso se ha complicado al esgrimir también sus propios derechos tanto los herederos de Elías García como la propia Cecilia Giménez.

Para buscar una solución pactada que evite litigios y mayores complicaciones, los abogados de las tres partes tratan de ponerse de acuerdo. Esta semana habrá una nueva reunión en busca de un punto en común . Todo ello, teniendo presente las alternativas que da el informe técnico que elaboraron unas expertas por encargo del Ayuntamiento de Borja. En él, además de calificar lo ocurrido como un «repinte mediocre» que «nunca ha sido una obra original» -lo que daría al traste con la posibilidad de

que Cecilia esgrimiera derechos de autor sobre la obra-, se daban tres alternativas : eliminar lo hecho por la octogenaria borjana y recuperar la pintura original de Elías García; tratar de separar la pintura superpuesta y así conservar las dos , para lo que habría que utilizar complejas técnicas de extracción de las capas superpuestas; o dejarla como está.

El Ayuntamiento parece inclinarse por buscar la fórmula intermedia, aunque sólo lo apunta como opción a considerar y dependerá de los acuerdos que se lleguen con la mediación de los abogados: retirar lo hecho por Cecilia para que la pintura original sea restaurada y, al mismo tiempo, pueda conservarse también en el mismo santuario, en otra sala, el ya mundialmente conocido «Ecce homo de Cecilia».