La derecha en Andalucía valora más el Gobierno de Susana Díaz que la izquierda

Las mujeres se muestran más felices y optimistas que los hombres pero, a medida que avanza la edad, estas percepciones se van perdiendo. En una escala de cero a diez, no se dan, según el estudio, andaluces infelices, porque todas las medias están por encima de cinco. La mujer (7,00) es más feliz que el hombre (6,84)

El hecho de vivir en Andalucía es lo que más se valora, 8,18 sobre diez. Sin embargo, el funcionamiento de la democracia en Andalucia deja mucho que desear, con un sonoro suspenso de 3,96. A la zaga, la situación económica (3,36) y la situación política (3,15)

Respecto a la valoración de la gestión de las instituciones de gobierno, todas suspenden. La más próxima al aprobado es el gobierno municipal con una valoración media de 4,7 puntos , seguido por la Unión Europea, con una puntuación media de 4. Le siguen el gobierno andaluz y el gobierno central, con 3,83 y 3,42 puntos de media, respectivamente. La peor puntuación la obtiene la gestión del principal partido de la oposición en Andalucía. 2,65 puntos . Dentro de este clima de valoración negativa, los andaluces vinculados ideológicamente con la derecha son los más benevolentes en sus valoraciones. Es más, la derecha otorga mejor puntuación al Gobierno de Susana Díaz (3,90) que la izquierda (3,76). También la derecha, entra dentro de la lógica, valora mucho mejor al principal partido de la oposición (5,04) que la izquierda (1,66)

Respecto a otras instituciones y servicios públicos, las ONG son las que cosechan mayor grado de confianza, 6,9 de media en una escala de cero a diez, junto a la Policía (5,9), los medios de comunicación (5,51) y los movimientos sociales (5,2). No llegan al aprobado los sindicatos, los más bajos de la tabla, (2,5), los partidos políticos (2,7), los empresarios (3,2), ni el sistema judicial (3,7). Dentro de este descontento generalizado, los ciudadanos que se sitúan más a la derecha en el arco ideológico son los que depositan algo más de confianza en las instituciones consultadas, al contrario que los de izquierda, que confían más en los movimientos sociales.