«El incendio de Doñana podría haber sido una verdadera catástrofe»

-¿Qué encontraron en Huelva cuando llegaron al incendio de Moguer?

—Un fuego muy complejo, con fuertes rachas de viento errático, altas temperaturas y, además, con combustible a disposición. Ocurrió que, a ratos, el comportamiento del incendio era explosivo, es decir, que se propagaba como explosiones de fuego

-¿Esa dificultad provocó problemas en las labores de extinción? ¿Hubo descoordinación?

—Yo no percibí en ningún momento caos ni falta de ideas de cómo coordinar la emergencia. Todo lo contrario. Percibí un control absoluto sobre qué acciones tomar, qué carreteras cortar, dónde ubicar al personal desplazado.

-¿Entonces, pese a la dificultad técnica, ¿el balance es positivo?

—La resolución fue bastante positiva, con la de población que hubo afectada, la de gente que hubo que mover, desplazar, confinar... Hablamos de 50.000 personas entre Mazagón, Moguer, los cortijos de la zona y Matalascañas. Gracias a Dios y al buen trabajo de la UME, de Infoca y de las administraciones, no hubo una desgracia.

-Parece por lo que cuenta que pudo haber sido mucho más grave.

—Si se hubiesen tomado decisiones equivocadas como no cortar las carreteras o dejar libre circulación de las personas, podría haber sido una verdadera catástrofe. Hay mucha vegetación desde la playa hacia el interior, había mucha gente. Podría haber sido una tragedia material y humana.

—Se explicó que en el incendio se quemaron 8.500 hectáreas.

—Se quemó lo mínimo indispensable. Cuando el fuego está fuera de capacidad de extinción, ya puedes tener todos los medios del mundo, que no puedes actuar sobre las llamas. Y eso es lo que pasó allí en algunos momentos.

—¿Cuánto se salvó gracias a la acción del plan de emergencia?

—Ardieron 8.500 hectáreas y se salvaron 35.000, creen los técnicos porque había una preparación del terreno con cortafuegos y actuaron todas las administraciones y organismos como un equipo, coordinados.

—Hablando de colaboración entre administraciones, ¿Cómo es la relación de la UME con el Infoca?

—Nos relacionamos perfectamente. La dirección de la extinción del incendio le corresponde al técnico de Infoca, el director de extinción, que asigna sectores y cometidos a las fuerzas. Poner cortafuegos, distribuir recursos... Dentro de las tareas que encargan a la UME, ahí quien ordena es el mando militar, pero bajo la coordinación del director de extinción.

—¿Su papel es entonces de apoyo?

—Nosotros asesoramos y normalmente nuestro asesoramiento cala en la opinión del director de emergencias. Pero decide él. La UME va a complementar el dispositivo de emergencias. Tenemos oficiales de enlace con el Infoca y estamos completamente coordinados. El director nos da tareas que luego nosotros ejecutamos con nuestros medios.

—¿Qué aporta la UME cuando hay incendios como el de Moguer?

—Aportamos las bondades de la organización militar. Estamos acostumbrados a trabajar bajo presión y a tomar decisiones en situaciones de caos. Nuestra gente está muy preparada física, moral y técnicamente. Trabajamos además día y noche. Pero insisto, esto es un trabajo en equipo con Infoca, 112, delegación del Gobierno, todas las administraciones. Esto es un trabajo de equipo.