La espera por las ayudas a la dependencia: «Mi hijo no entiende de burocracia ni de estrecheces económicas»

«En enero hace tres años que solicité la ayudas y por ahora no hemos cobrado, lo único que hecho es esperar », se lamenta esta madre. Al poco de nacer su hijo y detectar que «Nico no iba bien», tuvo que darse de baja como autónoma (trabajaba como administradora en una microempresa) y dejar de trabajar para dedicar las 24 horas al cuidado de su hijo, afectado por el grado máximo de dependencia. Van tirando con el salario variable de su marido, «que como es autónomo, ya se sabe, unos meses se cobra y otros no ». La salud de Nicolás es frágil. No entiende de demoras burocráticas ni de estrecheces económicas. «Tiene epilepsia, autismo y microcefalia», explica.

Ana Sánchez tiene una niña de dos años y medio con Polimicrogiria bilateral difusa, una enfermedad rara que le ha obligado a renunciar a poder ejercer cualquier trabajo. Y eso que es licenciada y diplomada a la vez, estudió Publicidad y Magisterio y tiene un B2 de inglés.«Enma teóricamente tiene prioridad en las ayudas por ser menor de tres años, tiene un grado III de dependencia, el más alto, y sufrimos un calvario de papeleos», se queja su madre que vive junto con su marido en Torre del Mar en Málaga». «Son los protocolos, nos dicen cada vez que exigimos cierta celeridad en poder cobrar las ayudas de dependencia, pero lo cierto es que desde que al final nos reconocieron los derechos de la menor llevamos 16 meses de atrasos sin ver el dinero », denuncia Ana Sánchez, al mismo tiempo que afirma que ella no se rinde tan facilmente.