Vox, un partido con voz única que quiere consolidarse

Lo mismo sucedió en Cádiz, t ambién con críticas (que siguen vivas a juzgar por la última dimisión de un concejal en Chiclana que deja Vox y no el acta siguiendo el modelo del juez Serrano ) y Jaén, mientras que Málaga eligió esta semana como presidente al coronel de la Legión retirado Enrique de Vivero por sólo 11 votos de diferencia. El portavoz parlamentario Alejandro Hernández, sin embargo, se paseó sin problemas por Córdoba .

El fin del proceso interno no ha hecho más que generar «falsas expectativas» entre los afiliados, según explican algunas voces a ABC porque, al final, ha ganado quien quería la dirección de Santiago Abascal. Porque si hay una cosa clara en Vox es que su presidente nacional tiene ojos y oídos en todo el país y no se mueve un papel sin que él tenga conocimiento.

En este contexto, el grupo parlamentario de Vox en Andalucía tiene una compleja disyuntiva: consolidar su posición política y el crecimiento que le atisban las encuestas sin salirse del guión establecido por Madrid, y, a la vez, mostrar una voz propia en la comunidad autónoma , con iniciativas que le den visibilidad en la sociedad.

En este escenario, es clave el papel que juega el coordinador del grupo parlamentario: es quien controla a los diputados y marca la política a seguir en línea directa con Santiago Abascal. Resulta llamativo destacar que Andalucía ha tenido cinco coordinadores desde las elecciones de diciembre de 2018. El último, Iván Vélez , lo ha sido del grupo parlamentario de Aragón durante un año y ahora lo han destinado a Andalucía. Lleva un mes por el momento y parece que ha tenido suerte porque el grupo parlamentario es una balsa de aceite con una sola nota discordante: María José Piñero, expresidenta de Sevilla que está aislada.

El problema está en los asuntos que plantean en el Parlamento y que deben trasladar sus diputados por las provincias. «Están en su micromundo», decía un veterano político andaluz. «Lo mismo que le pasó a Podemos, que no salen siempre de los mismos temas». Lo cierto es que no hay más que hacer un seguimiento de las preguntas que el líder de Vox hace a Juanma Moreno en la sección de control de los jueves.

La portavocía de Alejandro Hernández ha logrado que las aguas bajen calmadas tras las tumultosas tormentas pasadas: la marcha de Luz Belinda Rodríguez , —un voto menos para los intereses de Vox porque está en el grupo no adscrito— y la sonora salida de Francisco Serrano, el que fue líder indiscutible, la gran bandera de Vox.. . pero que ha terminado asesorando a un grupo de diputados en Murcia que se han rebelado con Santiago Abascal y buscan montar un partido paralelo.

La salida del juez Serrano —acosado por una imputación de estafa por la Fiscalía del TSJA a causa de una subvención de 2,5 millones de euros— ha removido a todos los diputados de Vox, a los que se les han quitado las ganas de más movimientos internos . Al menos por el momento.

Alejandro Hernández acumula un sinfín de tareas . Lo mismo pregunta al presidente que está en la comisión correspondiente y, siempre, es quien habla ante la prensa. Junto al gaditano Manuel Gavira —al que han situado al frente de la Comisión de la Recuperación de Andalucía— son los dos hombres fuertes de Vox en Andalucía. De ahí, al coordinador y, directamente, a Santiago Abascal.

Pero no son los únicos con cierto peso en el partido en estos momentos. El sevillano Javier Cortés se está haciendo un hueco quien sabe si con vistas al Senado y Francisco José Contreras ocupa un escaño en el Congreso desde el que mantiene una cierta tutela ideológica sobre Vox Andalucía.

Hay otra pieza más a tener en cuenta en este puzzle: Rodrigo Alonso. El almeriense de Antas es ahora e l secretario general del Sindicato Solidaridad , el nuevo instrumento de Vox para atraer a los trabajadores, un cargo que compatibiliza con su cargo en el Parlamento. Resulta curioso destacar que Alonso fuese reprobado por unanimidad por la Mesa del Parlamento por arrancar carteles sindicales del Parlamento andaluz , por atentar contra la libertad sindical hecho por el que fue denunciado. La unanimidad significa que el representante de Vox en la Mesa, Manuel Gavira, apoyó la medida contra su propio compañero.

Rodrigo Alonso se estrenó con polémica ya que afiliados del partido en Almería lo califican como «una manzana podrida» por apropiarse de su proyecto para formar un sindicato afín a la formación de Santiago Abascal. Afirman que le contaron su idea para que la llevase a Madrid... y allí la presentó como propia.

El último nombre es el de Reyes Romero , diputada por Sevilla en el Congreso y vicesecretaria tercera de Vox, una comercial de profesión. Dicen que ocupa en Madrid el despacho contiguo a Santiago Abascal con quien se le ha visto en saraos sociales. La influencia de Romero no termina ahí porque con la salida de Francisco Serrano del Parlamento su marido, Macario Valpuesta, ha tomado posesión del escaño por Sevilla. Una en la carrera de San Jerónimo y el otro en el Hospital de las Cinco Llagas .