El fuego de Pentecostés desciende sobre El Rocío en las horas previas a la procesión

Mientras la solemne pero multitudinaria misa de romeros celebrada por la mañana en el paseo de la marisma conmemoró la trascendental llegada del Espíritu Santo, al término de la misma, este ya se manifestaba sobre la rocina en forma de unos radiantes pero fulminantes rayos de sol. Su impacto directo provocó ríos de sudor entre los peregrinos de las 149 hermandades entre las filiales y las agregadas que llenaron toda la explanada de la ermita.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) había activado el aviso naranja por calor extremo con temperaturas que alcanzaron los 41 grados en las horas centrales del día, lo que hizo que las calles quedaran desiertas y buena parte de los romeros se refugiase en las casas para afrontar a la sombra y más frescos las horas de convivencia y nervios previas al rosario y la procesión de la Virgen del Rocío.

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Pepe Trashorras

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Así lo hicieron en la hermandad de Triana, donde la entrada abarrotada de peregrinos bailando y cantando al son de los tamborileros daba buena muestra de sus ganas de exprimir la romería. Personalidades como el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, o el presidente del Consejo de Cofradías, Francisco Vélez, visitaron la concurrida casa mientras fieles llegados de Granada, Madrid o Pontevedra emprendían el viaje de vuelta a sus lugares de origen con la pena de no poder ver a la Virgen en la calle.

También en otros puntos, como Benacazón, vivieron de manera especial el domingo de Pentecostés. Como es tradición, se partió el bizcocho, rito que establece quién será el hermano mayor de la siguiente romería. Esta vez el honor recayó sobre Antonio Perejón, que ya quiso partirlo hace 17 años, no siendo posible «por fuerza mayor». Ahora, a una más avanzada edad, pero con la ilusión intacta y acompañado de su hijo, ha llegado su momento, y así lo entendieron otros candidatos que pensaban tomar la vara, cediéndosela a Antonio.

La casa de Sanlúcar de Barrameda, donde sus peregrinos disfrutaban de muy buen ambiente, acogió la entrega del premio 'Este es nuestro camino', 1500 euros procedentes de la Junta de Andalucía –con presencia del consejero de la Presidencia, Antonio Sanz–, la Diputación de Cádiz y la Fundación Cajasol. «Es un orgullo que hayan elegido nuestra casa y a una hermandad hermana como es La Línea de la Concepción para premiar el esfuerzo por mantener Doñana como se merece», declaró Loli Ramos, la hermana mayor de Sanlúcar.

«La provincia de Cádiz lidera un Rocío sostenible para reservar el espacio natural de Doñana», como apuntó Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol: «Hoy estamos aquí para premiar a la hermandad de La Línea por sus buenas prácticas, que esperamos que se mantengan y se extiendan». Desde luego, la romería del Rocío no se entendería sin Doñana, con los marismeños sin Huelva o La Puebla sin romeros.

El hermano mayor de La Línea, Isidoro López, aseguró que «tenemos que hacer nuestros caminos sin dañar el medioambiente, ese pulmón que nos da vida, para que nos dure muchísimos años y las generaciones venideras puedan disfrutar del camino como lo hacemos nosotros». Además, comentó el reto que afronta ahora su hermandad: «Nuestros caminos son preciosos, pero estamos trabajando ahora para eliminar el ruido del Coto. A ver si conseguimos alguna ayudita para que sólo se escuche el canto de los pajarillos y de los peregrinos». Antonio Sanz, por su parte, no escatimó en elogios para los romeros: «Creo que queda más limpio el camino cuando pasan las hermandades que antes de que lleguen, y eso es por el compromiso de los peregrinos con este paraíso natural que es Doñana». También aprovechó para destacar que el año que viene «todas las hermandades de la provincia de Cádiz pasarán por Doñana, ya que también lo hará Algeciras».

Sin embargo, en este domingo no hubo punto más caliente –nunca mejor dicho teniendo en cuenta el aspecto térmico– que la casa de la hermandad Matriz, donde disfrutaban los almonteños, organizadores y auténticos garantes de que esta fiesta tan autóctona como universal salga todos los años adelante y de que a la Virgen no le falte absolutamente nada ni en Pentecostés ni ninguno de los 365 días del calendario. Aquello estaba en completa ebullición.

La directiva seguía sin dar abasto después de todas las presentaciones, la misa de romeros y otras recepciones institucionales. Los hombres de la Virgen eran un manojo de nervios que no paraban quietos por el anhelo de meterse bajo el paso de la Blanca Paloma, que, majestuosa en su paso, continuaba recibiendo la visita de devotos y más devotos a todas horas, aun a riesgo de achicharrarse de camino al santuario.

El resto de fieles de la Matriz son igualmente conscientes de que la Virgen, patrona de Almonte desde 1653, es suya, pero también del resto de rocieros que la veneran en tantos lugares distintos. Ahí radica su gran generosidad. Todos ellos disfrutaban de los ratos de convivencia más familiares mientras el reloj comenzaba a jugar en su contra. Casi sin darse cuenta fueron pasando las horas, y en las cabezas de los romeros comenzó ya a resonar el tamboril y el rezo de la salve, antesala inconfundible de la desbordante procesión en la que la esposa del Espíritu Santo renueva el fuego de Pentecostés cada lunes de madrugada.