El PSOE de María Jesús Montero riega ahora Andalucía de promesas vacías

Con su llegada a la Secretaría General del PSOE-A comenzó la barra libre de promesas acerca de la recuperación de proyectos encallados desde hace décadas o de soluciones a las que sólo cabe mirar con incredulidad.

En algunos casos es la propia Montero la que abandera el anuncio, como fue el caso del esperado final del Algarrobico -un hotel autorizado en sus inicios por la Junta socialista y un Ayuntamiento de Carboneras de la misma cuerda-.

En otros son ministros, como Óscar López con el asunto del AVE Sevilla-Huelva, o figuras destacadas de la política regional de izquierdas, como el exdelegado del Gobierno en Andalucía y nuevo líder del PSOE de Granada, Pedro Fernández, con su reciente implicación en la reactivación del tren Granada-Motril.

Aunque no hay indicio más evidente que el de la condonación generalizada de deuda a las autonomías propuesta por la ministra de Hacienda a finales de febrero. Tras años desoyendo las aspiraciones del Ejecutivo de Juanma Moreno a una remodelación del sistema de financiación —para percibir los 1.500 millones más al año que le corresponden—, ahora se pone sobre la mesa una quita parcial en la que, de todo el territorio nacional, quien saldría más beneficiada es Andalucía.

La primera gran promesa de la nueva era del PSOE-A ha sido la demolición del hotel del Algarrobico, símbolo de la lucha ecologista durante más de dos décadas por comprometer un espacio protegido como el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. La mastodóntica construcción vio la luz gracias a una doble autorización socialista, la de la Junta de Manuel Chaves y la del Ayuntamiento carbonero de Cristóbal Fernández.

Salvo momentos puntuales, la inacción política ha sido la constante hasta que las elecciones municipales de 2023 dieron la victoria al PP y a su proyecto de derrumbe. Sin embargo, una moción de censura entre el PSOE y Cs arrancó el bastón de mando a Felipe Cayuela, sumiendo de nuevo en el ostracismo cualquier intento de eliminar el inacabado hotel... hasta que el socialismo ha encontrado nuevos aires en Andalucía.

La ministra de Transición Ecológica Sara Aagesen ya sitúa la demolición en algún momento de 2025. De hecho, una reciente información de Raquel Pérez indica que el Gobierno acaba de iniciar el proceso para expropiar la mitad que invade la zona de servidumbre.

La línea de tren que conecta Guadix con Lorca (Murcia), pasando por Baza, dejó de prestar servicio el último día de 1984. Aunque el anhelo de los vecinos se ha traducido en una petición constante para reactivarla, lo cierto es que el Ministerio de Transportes dio cerrojazo al asunto el pasado mes de septiembre. Entonces, se entendía que esta cobertura ferroviaria «no contribuiría a la consecución de los objetivos previstos en la planificación estratégica sectorial actual».

Sin embargo, y tal y como informa Guillermo Ortega, seis meses después parece haber cambiado la historia. Pedro Fernández, oriundo de Baza y una de las caras de la nueva etapa socialista en el sur, ya no se refiere al proyecto como algo descabellado y vuelve a situarlo entre el horizonte a medio plazo. Suma, además, un nuevo tren para unir Motril con la capital Granadina.

Eso sí, el buen funcionamiento del corredor mediterráneo es condición sine qua non para que ambos temas cristalicen. Y para ver el final de esa otra infraestructura habrá que esperar hasta 2027. Con elecciones autonómicas de por medio.

La provincia onubense, acostumbrada a trenes de tercera repletos de averías y retrasos, estará conectada por alta velocidad con Sevilla y, por extensión, con el resto de España. Al menos eso es lo que promete el ministro de Transportes Óscar Puente que aprovechó la Cumbre de Faro del pasado diciembre para anunciar, sorpresivamente, un estudio sobre el esperado AVE.

Sin ir más lejos, este mismo martes explicaba que «avanzamos en la nueva infraestructura de 95,5 kilómetros que unirá las dos ciudades en 25 minutos». Aunque, como suele ocurrir con el lenguaje administrativo, lo que se acaba de hacer es autorizar la licitación, que no licitar, cinco proyectos de la plataforma por 35 millones de euros.

De hecho, el Gobierno invertirá un total de 1.608 millones en esta mejora de las comunicaciones ferroviarias de Huelva que no pocos usuarios definen, con sorna, como «el tren de la bruja» por el habitual mal servicio.

Antes de que fuesen las distintas autonomías las que pudieran recortar parte de su deuda con el Estado, el ministerio de Montero ofreció a Jaén Merece Más unas maniobras de quita y de proyección de fondos de inversión para la capital jiennense. Las arcas municipales acumulaban una suma de préstamos de 600 millones. A cambio, debía dejar de formar Gobierno con el PP y dar la llave de la Alcaldía al socialista Julio Millán —las elecciones de 2023 dejaron un empate técnico entre las dos grandes formaciones—.

Por si la 'compra' del bastón de mando no fuera ya escandalosa, Agustín González (PP) debía amortizar la deuda a razón de 11 millones al año, pero sus antecesores socialistas no tenían afrontar pago alguno. Según adelantó Juan José Madueño, el Ministerio de Hacienda le había concedido una carencia específica. González pidió por carta una reunión con Montero para reestructurar los pagos, que inicialmente tuvo el visto bueno. Al llegar a Madrid, no les recibió.

La primera vez que Montero y Moreno coincidieron en un acto tras el nuevo cargo de la vicepresidenta fue una suerte de campaña electoral. El presidente andaluz había acudido a Málaga para rubricar un acuerdo entre la Junta y la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica de cara a habilitar el IMEC, una 'Sala blanca' donde desarrollar semiconductores en condiciones libres de contaminación.

Era un evento de calado para el ámbito científico-tecnológico que contó, en consecuencia, con el ministro de Transformación Digital Óscar López. Lo que nadie esperaba es que Montero, que acreditó su presencia aquella misma mañana, anunciase 500 millones para el centro en una atención a medios de comunicación cuando Moreno ni siquiera había llegado al recinto.

Aunque el gran golpe de efecto es el relativo a la bonificación de la AP-7 y la descongestión de la A-7, con un presupuesto de un millón de euros. Aunque Montero se había opuesto desde el Estado a esta reducción económica, el pasado enero se anunció una bonificación para usuarios habituales. Esto incluso ha generado críticas, porque de momento no sólo no se ha aplicado, sino que las tarifas del peaje han subido.

Durante los seis años que lleva Pedro Sánchez en la Moncloa no se había adjudicado ni un sólo tramo de la eternizada SE-40. Llámese casualidad, a comienzos de esta semana se hacía público que los trabajos para conectar Valencina de la Concepción con Salteras arrancarán este mismo año.

El anuncio de Óscar Puente tiene su letra pequeña, pues emplaza el pago del 54% del total de las obras a 2028, —el 19%, en 2027—. El dilatado proceder obedece a la estrategia de retrasar las cantidades más elevadas a una legislatura venidera, pero lo que termina por trascender a la opinión pública es que el Estado apuesta por Andalucía, ahora que se lucha con más fuerza que nunca por recuperarla políticamente.