El PSOE andaluz, perdido en su peor momento

La realidad es que Juan Espadas va a cerrar el año con varios frentes abiertos que no tienen visos de cerrarse en el corto plazo. El líder andaluz ha decidido alinearse sin ambages con Pedro Sánchez hasta en los asuntos más espinosos: defiende su reforma de los delitos de malversación y sedición y sus constantes cambios de estrategia para la elección de los miembros del Tribunal Constitucional y el Consejo General del Poder Judicial. Frente a las voces de los barones socialistas —los que sí están en los gobiernos autonómicos como Javier Lambán (Aragón) y Emiliano García Page (Castilla-La Mancha)— que han marcado perfil propio mirando a sus electores, Juan Espadas ha decidido callarse y convertirse en el principal apoyo territorial de Pedro Sánchez.

Y eso a pesar de que varios históricos socialistas le han advertido que los andaluces no ven las cosas de la misma manera que en el Norte y que el apoyo de estas medidas tiene un coste político muy elevado por estas tierras. «Eso aquí no se comprende» ha dicho públicamente Susana Díaz en la tertulia de televisión en la que colabora dejando claro que si el partido siguiera en sus manos otro gallo habría cantado.

Pero la estrategia de Juan Espadas no es ni mucho menos la de su antecesora. Él pretende cerrar las heridas abiertas con la dirección federal del PSOE y «coser» al partido para hacerlo más fuerte. Ese ha sido su cometido desde que llegó a la Secretaría General de Andalucía tras las primarias. Lo que ocurre es que una cosa es provocar un cisma con Ferraz y el Gobierno —como hizo Susana Díaz— y otra diluir la voz de los socialistas andaluces en el panorama nacional, un «pecado» que no le perdonan muchos de sus compañeros.

La federación socialista más importante de todas —la que tiene más militantes, más agrupaciones y que todavía gobierna seis de las ocho diputaciones provinciales— es muy orgullosa en cuanto a su papel político y ahora prácticamente ha desaparecido: Los socialistas andaluces han perdido influencia en Madrid (a pesar de María Jesús Montero y de Alfonso Rodríguez Gómez de Celis) y en el resto de los territorios donde solían marcar la agenda.

Tal vez por plegarse demasiado a Pedro Sánchez, o tal vez por la falta de impulso del partido en Andalucía, quizás por todo a la vez, lo cierto es que las encuestas tampoco le dan ninguna alegría. La última que publicó la semana pasada el Centro de Estudios Andaluces, Centra, organismo que depende de la Consejería de Presidencia, le daba el peor resultado electoral de la historia del socialismo andaluz: entre 22 y 23 escaños, un descenso a los infiernos todavía por debajo de los 30 diputados que mantiene en el Parlamento y que están creando muchos quebraderos de cabeza.

Desde el PSOE andaluz restan importancia al barómetro del Centra —lo desprecian como antes lo despreciaba el PP— pero es cierto que refleja la misma tendencia que otras encuestas que se han estado publicando. El PSOE andaluz no sólo no remonta sino que se hunde más. El liderazgo de Espadas no está en cuestión públicamente —otra cosa son las reuniones y los grupos privados de whassap— pero las primarias que se han celebrado para elegir a los candidatos a las alcaldías donde ha habido más de un aspirante han dejado en evidencia que la militancia va por su lado, sin seguir la línea que marca la dirección del partido.

Es cierto que no ha habido primarias en las 785 agrupaciones locales que tiene el PSOE andaluz pero también lo es que en siete agrupaciones clave (Cádiz, Córdoba, Almería, Los Palacios, Écija, Torremolinos y Nerja) han ganado los candidatos alternativos, es decir, los contrarios a los que planteaba la dirección del partido.

Puede parecer un detalle menor —así lo entienden fuentes cercanas a Espadas que afirman que él no se ha presentado a las primarias— pero si esos candidatos logran las alcaldías... el líder socialista tendrá opositores con poder. ¿Serán los únicos?

La gestión interna de un partido político desde la oposición es muy compleja. Y, si no, que se lo pregunten a Loles López, la exsecretaria general del PP andaluz que vivió la última travesía del desierto. Juan Espadas no ha podido cumplir los compromisos que había contraído con las diferentes agrupaciones cuando hizo su campaña para las primarias. No hay cuota de poder para todos ellos y aumentan las discrepancias con la manera de ejercer la oposición. Hasta en los más mínimos detalles como la reestructuración interna de personal que están llevando a cabo en la sede regional del PSOE donde ha habido tres despidos y cuatro prejubilaciones de trabajadores «históricos».

En este escenario, el grupo parlamentario no funciona como debiera. La prueba más evidente ha sido lo que ha sucedido con la presentación de las enmiendas al Presupuesto de la Junta para 2023. El PSOE andaluz llegó tarde al registro del Parlamento y no pudo presentarlas. Y eso a pesar de que el calendario de la Cámara estaba aprobado desde el 1 de agosto y publicado como corresponde en la web de la institución. ¿Cómo se le ha podido pasar un plazo al PSOE andaluz? Un error humano es la explicación oficial que no ha convencido a muchos cuadros que ven en esa circunstancia una evidencia de la situación por la que pasa el partido. Si se falla en plazos administrativos... ¿qué va a pasar con las municipales? Esa será la piedra de toque. Si los socialistas mantienen su poder, habrá sido una tormenta en un vaso de agua. Si no...el escenario que se abre será mucho más complicado.