La presión migratoria de Andalucía viró a Canarias durante 2023

Estas mafias cambian sus rutas migratorias intentando esquivar la presión de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad aprovechando la inestabilidad politica de los países de origen.

El Ministerio del Interior acaba de hacer público el informe estadístico sobre la inmigración irregular en 2023, que arroja un balance sobrecogedor: ha aumentado un 82,1% respecto a 2022 en toda España, incluyendo a las Islas Canarias y Baleares.

Por vía marítima y terrestre han llegado a nuestro país 56.852 migrantes frente a los 31.219 del año anterior. Son 25.633 más.

La marítima fue la vía mayoritaria y con diferencia. El aumento ha sido del 92,3%, con 55.618 personas frente a las 28.930 de 2022. Son 26.688 migrantes más en un año.

Subió también, como es lógico, el número de embarcaciones que los han traído hasta nuestras costas, un 6,6% con un total de 1.817, 113 más que en 2022.

Más del doble de estas llegadas las acapara Canarias, que recibió el año pasado a 39.919 migrantes, un 154% más que en 2022 con una diferencia de 24.228 personas más en los últimos doce meses y superando con creces al resto del país.

A la península y Baleares -en este apartado Andalucía acapara la presión migratoria, especialmente Almería y Cádiz- llegaron el año pasado 15.435 inmigrantes por vía marítima, un 19,1% más que en 2022, cuando fueron 12.995. Bajó eso sí el número de embarcaciones en las que vinieron: 1.160 frente a las 1.292 de 2022.

Ricardo Jiménez es responsable de los dispositivos de la Cruz Roja que atienden a los llegados en pateras a Andalucía. Cifra en un 34% aproximadamente el aumento de inmigrantes atendidos en la región el año pasado, que han llegado principalmente a las costas de Almería y Granada, y reconoce que el grueso de los contabilizados por Interior en Península y Baleares lo hacen por el litoral andaluz, y, en menor cantidad, a Murcia, Alicante y Valencia. «Aunque las llegadas se han disparado mucho más en Canarias, en Andalucía sí hemos registrado un aumento, sobre todo en Almería y Motril», explica.

En cuanto al perfil de los migrantes, los atendidos en Andalucía por la Cruz Roja han sido mayoritariamente magrebíes, fundamentalmente varones, ha bajado la cifra de menores de edad y se ha registrado un leve aumento de mujeres.

Aunque sólo uno de cada cien ha necesitado ser trasladado a algún centro sanitario, sí se han duplicado las asistencias sanitarias por hipotermias, quemaduras por el sol o magulladuras respecto a hace dos años. En 2023 fue necesario prestar asistencia sanitaria al 20% de los recepcionados por la Cruz Roja. El dato bueno: ha habido menos fallecidos que otros años.

El que acaba de terminar también ha supuesto una vuelta de tuerca en lo que a la presión migratoria dentro de Andalucía se refiere. Y es que Cádiz había sido históricamente la provincia que más inmigrantes irregulares recibía, pero eso también ha cambiado y ahora es Almería. Al litoral gaditano llegó el año pasado la mitad de inmigrantes que en 2022. En concreto, lo hicieron 1.152 personas frente a las 2.126 de 2022.

Según datos facilitados por la Subdelegación de Cádiz, el mes de agosto fue el que más llegadas de pateras registró, con 297 migrantes rescatados, mientras que junio se situó como el mes con menos llegadas, al recepcionarse únicamente a 11 personas en la costa. Los meses de verano siempre han sido los de mayores cifras debido a las mejores condiciones del mar.

En el primer semestre del año 2023, la provincia de Cádiz recibió por vía marítima un total de 463 migrantes, lo que implica que en el segundo semestre llegaron 648 personas a través del Estrecho de Gibraltar, algo más del doble. Comparativamente con 2022, en ese mismo periodo ya se habían duplicado los datos, al llegar 940 personas hasta junio, siendo de nuevo agosto el mes con más migrantes recepcionadas, 516, y septiembre con 362 rescatados.

El balance sin duda más trágico, las nueve personas que perdieron la vida al intentar llegar al litoral gaditano, cuatro de ellos ahogados cuando fueron arrojados al mar desde una narcolancha en la playa de Camposoto de San Fernando. Son sólo las cifras conocidas porque en esta dura travesía han perdido la vida más personas que no figuran en estos fríos pero necesarios balances. De hecho, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) destaca que, según la Organización Internacional de Migración, «por cada cuerpo que aparece hay dos más de los que nunca sabremos nada».

Cabe recordar que el año 2020, debido a la pandemia, fue en el que menos embarcaciones y personas llegadas por vía marítima intentando cruzar el Estrecho hasta costas gaditanas se registraron respecto a años anteriores, con 193 pateras y 1.931 personas. Así, en 2018 fueron 19.038 personas y en 2019 esos datos bajaron a 5.404. Ya en 2021 llegaron 3.012 migrantes.

En Almería, la llegada de migrantes por vía marítima no ha dado tregua, tanto que sindicatos policiales como la Asociación Unificada de la Guardia Civil (Augc) ha reconocido que los agentes están desbordados.

Sólo durante los primeros seis meses del año, el aumento en esta provincia fue del 43,78% según los datos facilitados por la Guardia Civil, en total, 2.039 personas identificadas. Fue junio el mes más intenso, con 673 migrantes que llegaron a bordo de 41 pateras y en julio hubo una nueva oleada, con hasta 250 personas en sólo un fin de semana, muchas de ellas a bordo de narcolanchas, cuyos pilotos obligaron a sus ocupantes a tirarse al agua antes de tocar tierra.

Y es que 2023 trajo otro cambio en la tendencia: los narcos han diversificado su actividad criminal y además de traficar con hachís a bordo de narcolanchas por el Estrecho de Gibraltar también lo hacen ya con seres humanos. Lo hacen sin escrúpulos y arrojando a estas personas al mar en cuanto se aproximan a la costa. Así lo hicieron en la playa de Camposoto, donde cuatro migrantes murieron ahogados porque no sabían nadar.

En Almería también parece haber llegado esta práctica para quedarse. Desde la Asociación Unificada de la Guardia Civil se ha venido denunciando el uso de estas embarcaciones, sumamente veloces, para traer a inmigrantes a la costa almeriense.