Plan de ahorro de la Junta de Andalucía: apagón desde las once de la noche y playas sin luz

Para tratar de adaptarse a la nueva realidad y teniendo en cuenta los avances tecnológicos que permiten luminarias poco contaminantes, la Junta lleva desde finales de la pasada legislatura tratando de aprobar un nuevo reglamento de protección frente a la contaminación lumínica en Andalucía. Un texto en el que trabaja la Consejería de Sostenibilidad, del que ya han trascendido algunos detalles, y que se ha sometido a información pública rodeado de polémica.

Porque establece más limitaciones que su predecesor vigente desde 2010. Hay varios cambios significativos. El que más polvareda ha levantado ha sido el de las luces de Navidad. El borrador prevé que sólo se enciendan a partir del 8 de diciembre aunque prefiere que se prendan desde el 22 al 6 de enero, cubriendo sólo el período festivo.

Pero esto es sólo lo más llamativo porque la regulación va más allá. Los ayuntamientos tendrán que autorizar expresamente las iluminaciones de sus ferias y fiestas locales teniendo en cuenta unos estrictos parámetros técnicos -que van desde la orientación del haz de luz hasta la potencia de la misma-. Eso significa que será necesario cambiar muchas de las luminarias que se instalan y que tienen años de antigüedad. Además, se amplía el horario nocturno en el que sólo podrán estar encendidas las luces de iluminación vial y las de emergencia. La Junta propone que sea desde las 11 de la noche hasta las 6 de la mañana durante todo el año, sin cambiar el horario de verano o de invierno.

Los ayuntamientos podrán ampliar el horario nocturno retrasando su inicio una hora como máximo, de manera justificada a través de sus ordenanzas municipales, en zonas y épocas del año concretas de mayor tránsito. Durante el horario nocturno se mantendrán apagadas las instalaciones de alumbrado exterior, incluyendo el ornamental y el de publicidad siempre que no indique un servicio y sólo mientras se esté prestando como sucede, por ejemplo, con las farmacias. En este horario nocturno sólo podrá estar encendido el alumbrado vial, el específico (de puentes o instalaciones similares) el de vigilancia y seguridad nocturna y el balizamiento siempre que den servicio en zonas de uso nocturno.

El alumbrado ornamental no podrá ser directo (siempre y cuando lo permitan los monumentos) y también estará apagado por las noches. Si un municipio quiere dejarlo encendido por algún motivo, deberá regularlo expresamente y como excepción.

Los espacios naturales y las zonas protegidas deberán estar a oscuras y lo mismo sucede con las playas y las zonas de costa: no podrán tener iluminación ningún día del año. Las sanciones por incumplimiento llegan hasta los 60.000 euros si son graves (la mitad si son leves) y se pueden poner multas sucesivas.

El propósito de la Junta es negociar este decreto para lograr el mayor consenso posible ya que serán los ayuntamientos los principales afectados y los encargados de su aplicación.

Y aquí es donde empiezan las discrepancias sobre todo presionados por las asociaciones de comerciantes que entienden que esta bajada de la luz en las calles se va a traducir en una reducción de las ventas. Lo que sí está claro por el momento es que el reglamento no se aplicará en esta próxima Navidad aunque sí se pretende que esté listo y aprobado para la próxima ya que es urgente reducir la factura energética.

Los alcaldes no se ponen de acuerdo sobre estas medidas de ahorro. El de Huelva, el socialista Gabriel Cruz, lo considera una «ocurrencia» mientras que en el de Granada, Francisco Cuenca, también del PSOE, se muestra contrario a estas medidas; ambos sin tener en cuenta que mantiene el espíritu del que planteó el Gobierno socialista en la Junta. Su compañero de filas, el alcalde de Sevilla Antonio Muñoz es más prudente y se ha limitado a decir que lo cumplirá y que ya ha puesto en marcha medidas para reducir el consumo energético en los colegios.

Los empresarios también están divididos ante esta propuesta de la Junta. Desde la CEA, Javier González de Lara entiende que se trata de una «medida inteligente», ya que estos gestos vienen a crear una «conciencia en la ciudadanía». «Se trata de transmitir conciencia y la solidaridad de todos». No obstante, también ha reclamado que esta restricción se compatibilice con los intereses comerciales.

En el otro extremo se sitúan los comerciantes de Jaén, que están en contra porque les afecta a la época más fuerte de su negocio. La Federación Empresarial Jiennense de Comercio y Servicios, Comercio Jaén, y el centro comercial abierto Las Palmeras piden a la Junta que «no limite un elemento promocional y dinamizador para el sector». Señalan, además que están «plenamente concienciados con el ahorro energético y lo realiza de la manera más rigurosa posible como consecuencia del incremento desorbitado de la factura de la luz». «Nadie mejor y más sensibilizado que los comerciantes para racionalizar su consumo eléctrico» en aparatos de climatización, luces en el interior y en los escaparates. Por el momento, la próxima Navidad se mantendrá igual, con muchas iluminaciones adelantándose al Black Friday pero puede este año sea el último. Habrá que esperar a la negociación.

El debate lleva años abierto en Andalucía que ha sido la primera comunidad autónoma en regular la contaminación lumínica ya que tiene un reglamento al respecto desde el año 2010.

El motivo de esta preocupación es ecológico y de conservación del medio ambiente pero también económico porque el cielo andaluz es un patrimonio que genera ingresos. El 82% del territorio dispone de cielos con oscuridad suficiente para observar la Vía Láctea; lo que implica que el 17% de la población puede gozar de este privilegio sin salir de su municipio. El cielo nocturno de calidad es un motor de desarrollo que posibilita la investigación astrofísica y proporciona empleo verde cualificado asociado al turismo de estrellas, la consultoría ambiental y la I+i, vinculada al desarrollo instrumental y de tecnologías de iluminación sostenibles. Hay, además, un convencimiento político. Juanma Moreno entiende que el futuro de Andalucía pasa, entre otras cosas, por la sostenibilidad.