INCENDIO SIERRA BERMEJA
Una ‘serpiente’ de esperanza entre las cenizas de Sierra Bermeja
Los expertos lamentan el abandono del monte pero apelan a la naturaleza para que revivan las 10.000 hectáreas que ha consumido el fuego de Sierra Bermeja durante casi una semana
Zonas verdes en Sierra Bermeja tras el fuego
Manuel Centeno y Said Ben Taher bajan de la montaña sobre el mediodía. Son dos senderistas de Manilva a los que le gusta caminar por Sierra Bermeja. Reconocen que el incendio los ha tenido apenados por la pérdida de una montaña a la que acuden ... asiduamente para estar en contacto con la naturaleza. Sin embargo, descienden con una sonrisa. No están abatidos por la desolación que se observa desde el puerto de Peñas Blancas. En su cara se observa un hilo de esperanza. «Hemos visto muchas aves y, a no más de cuatro kilómetros de aquí, hay cabras montesas» , señala Said, que muestra los animales en su cámara de fotos.
El fuego no lo ha consumido todo. «Hay zonas verdes y ahí se observan animales en todo este recorrido», afirma Manuel, que explica que «la zona verde es como una serpiente que va entre todo lo quemado» . Un hilo de esperanza en la montaña, que no se ha quemado de forma uniforme, si no por islas. La devastación del fuego no está en toda Sierra Bermeja, sino que hay muchas zonas que se han salvado del incendio, en las que habrá que evaluar el alcance, pero que no están calcinada por completo. Tampoco los están los alcornocales o los castaños del Valle de Genal.
En la zona quemada un grupo de voluntarios trata de cuidar la vida. «Les vamos dando avituallamiento a los animales que queden para que puedan suplir los nutrientes que han perdido por el fuego» , explica Yolanda Villarjara, una guía de montaña, que carga sacos de piensos y algarrobas por las cuestas, junto a los terrenos abrasados, con una carretilla llena de comida para los animales. La dejan en puntos estratégicos que no deben ser revelados para evitar la acción de los cazadores furtivos. Este grupo pide ayuda logística puesto que tienen muchas donaciones que no pueden almacenar. «Hay como 2.000 kilos de heno que necesitamos guardar para repartirlo» , añade Humberto Gaciopo.
Manuel y Said al acabar su ruta senderista
No sólo hay que salvar a los animales. El fuego se ha podido llevar mucho más, como explica el divulgador científico Alfonso Rubio, geólogo y experto de esta serranía formada por peridotita, una piedra con alta concentración en hierro. «Lo más importante que se han podido quemar son las especies que no están en otra parte del planeta. Las que sólo existen aquí» , explica este experto, con el que coincide el profesor de Botánica de la Universidad de Málaga Enrique Salvo Tierra. Los endemismos son un capital único que se ha puesto en serio peligro. «Los que se hayan perdido ya no se pueden recuperar, puesto que no están en otro lado», lamenta Rubio.
Los expertos enumeran hasta 45 especies autóctonas de plantas e insectos que se han adaptado a vivir sobre la gran plancha de hierro que es Sierra Bermeja y que pueden haber desaparecido. Ahí juegan un papel fundamental las islas que han quedado sin quemar, así como esa gran ‘serpiente’ verde que recorre la tierra quemada. «Es pronto para hacer una valoración de lo que se ha podido perder, pero hay que dejar pasar el tiempo para que la naturaleza actúe» , añade el profesor de Geografía de la Universidad de Málaga José Damián Ruiz Sinoga.
La recuperación va a ser lenta y Salvo Tierra da una clave de cómo debe hacerse. «Ya no es tiempo de grandes reforestaciones, hay que dejar que el bosque se regenere con su propia capacidad de resiliencia» , abunda, además de detallar los proyectos japoneses de reforestación por islas reconstruyendo el bosque que se ha perdido. «Se trata de restaurar desde la orla de zarzas que bordea el bosque hasta el árbol más grande que pudiera haber», detalla Salvo Tierra. En eso los expertos explican que la zona que no ha sido quemada va a jugar un papel importante ayudando a que el bosque siga su curso.
Yolanda carga comida para los animales a través del monte quemado
Sin embargo, la quema deja la zona descubierta ante varios peligros. «Lo primero es lo que supone haber perdido parte de un pulmón para la provincia , pero luego hay que tener mucho cuidado con las lluvias. Si estas son torrenciales se pueden generar inundaciones . Hay que cuidar el ciclo hidrológico», explica Ruiz Sinoga. A lo que Salvo Tierra añade otros peligros, como las cenizas llegadas al mar cercano. «Esa capa puede elevar la temperatura del agua, hacer que haya mareas de microalgas que vuelvan tóxicos los mariscos que se pescan en la zona », añade Salvo Tierra.
Aunque las lluvias son necesarias para regenerar la vida dentro de Sierra Bermeja. «En los próximos dos años lo ideal sería que las lluvias no fueran torrenciales, pero que llueva para que haya humedad y se nutra el suelo» , detalla Francisco Casero, presidente de la Fundación Savia, que apunta a un problema de fondo, que es que no está cuidado el monte. Esta entidad explica que de la convocatoria de 2018 para ayudas para cuidar el monte público de 14 millones tres años después sólo se resolvieron 127.000 euros. «En 2019 se abrieron 120 millones de ayudas para forestales, y sólo se ha resuelto la mitad» , concluye.
No es el único lamento. En Peñas Blancas una brigada del Infoca descansa de las tareas de localización de puntos calientes en la montaña, que se pueden observar humeando desde las entrañas de la tierra. « Hay que cuidar el monte, rescatar las veredas, limpiar los cortafuegos... Este incendio no hubiera tenido esta dimensión si el monte estuviera arreglado», lamenta uno de los bomberos forestales en este punto.
El incendio ha devastado cerca de 10.000 hectáreas de monte público
Es lo mismo que dicen los cazadores de la zona, que se han quejado del mal cuidado de la zona. «A los árboles hay que quitarles las ramas secas más bajas, así se evita que el fuego del suelo pase a las copas y arda todo el bosque. El monte hay que cuidarlo », señala Salvo Terra.
Una de las fórmulas para ello es la ganadería. «Hace más una oveja en invierno que cien bomberos en verano» , señalaba Víctor Vizcaya el pasado jueves, después de que esa misma madrugada la Policía le desalojara de su casa en las Abejeras de Estepona por la cercanía del fuego originado en dos focos en Genalguacil con piñas prendidas sobre hojarascas.
A la reflexión no le falta razón, según la Fundación Savia, que explica que uno de los grandes cuidadores de monte público, la mayor parte de las 10.000 hectáreas calcinadas en Sierra Bermeja, es la ganadería extensiva. «El ganado es fundamental para evitar los incendios, pero no tiene viabilidad . Hay que luchar por la que la Política Agraria Común (PAC) no discrimine a este sector que sólo cobra 60 euros por hectárea frente, por ejemplo, a los 150 de Grecia», señala Francisco Casero.
Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras