Los promotores del macrocasino destacan la «diligencia» de Málaga frente a Valencia

Hasta el momento, los contactos se han producido en dos fases. Una primera con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el concejal de Turismo, Julio Andrade, y otra posterior con Paulino Plata, presidente del Puerto de la ciudad. Se trata de autoridades de dos signos políticos diferentes, dado que mientras que al frente del Ayuntamiento se encuentra el PP, la autoridad portuaria depende de la Junta de Andalucía, dirigida por el PSOE. «Nos hemos quedado asombrados con la armonía con la que trabajan. En dos días hemos avanzado más que en un año en Valencia », añade Esquerdo a este periódico.

A partir de ahora, han establecido un calendario de trabajo con las autoridades competentes para poner en marcha el proyecto. Éste incluirá un encuentro con Susana Díaz para tratar dos cuestiones: por una parte, que Andalucía tendría que rebajar el impuesto sobre la facturación en los casinos del 69 por ciento al 21 por ciento, al igual que ya hicieran otras autonomías –como Madrid, la Comunidad Valenciana o Castilla-La Mancha–. Por otro lado, la Junta también debe ser la que otorgue la licencia para el casino. Aunque desde la empresa, se insiste en que el juego es sólo el cinco por ciento del proyecto y nos es vital para el desarrollo del complejo.

«Tenemos muy buenas referencias de Díaz, creemos que es una persona razonable y una mujer de Estado que se preocupa por la creación de empleo, así que esperamos que tenga una buena predisposición», señala Esquerdo, quien espera una relación como la que ya tuvieron con los socialistas valencianos . El grupo inversor asegura que desde el PSOE de Valencia siempre hubo «colaboración» y que la marcha no se produce por las relaciones con el equipo del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ni con el del líder socialista en la ciudad, Joan Calabuig.

La compañía de Singapur pretende trasladar el proyecto, aunque aportando matices a las necesidades del mercado en la ciudad. Según sus cálculos, generaría 20.000 puestos de trabajo, un impacto económico sobre el PIB de 11.000 millones de euros en los próximos cinco años y un incremento del turismo en tres millones de personas. «Llevábamos un año esperando reuniones para discutir el plan, pero no nos contestaron a nada, pese a que les llegamos a entregar 700 páginas de estudios y de viabilidad del proyecto», recuerda Esquerdo. « El Ayuntamiento de Valencia nunca lo quiso y, de hecho, tenían otro pensado para el mismo espacio aunque nunca nos lo dijeron. Por eso nos fuimos», detalla.

Por otro lado, la empresa parece no considerar la posibilidad de volver a Valencia después de las acusaciones públicas de la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, quien señaló que «si el plan de la empresa sólo se basa en su beneficio máximo a costa de los intereses de los ciudadanos, la administración tiene que hacer su papel y defender el interés general». De hecho, el propio José María Esquerdo reconoció la intención de trasladarse a vivir a Málaga para seguir el proyecto de cerca.

Pese a todo, la compañía tenía intención de seguir adelante con el mercado de productos autóctonos en los tinglados 4 y 5 del Puerto, que además incluía más inversiones en proyectos actualmente parados como Parc Sagunt. «Si nos hubieran ayudado a quedarnos y hubieran sido diligentes podríamos haber pagado la deuda de los 400 millones de La Marina y haber creado empleo real», relata Esquerdo, quien asegura que la empresa ya tiene otras vistas para la inversión: « Va a ser muy difícil que podamos volver, y más después del recibimiento en Málaga », concluía.