Albert Rivera marca la gestión en Andalucía como espejo para su futuro Gobierno

Es en este enclave junto al mar donde señaló a su partido en el sur de España como un espejo en el que se mirará si consigue formar un Ejecutivo «de cambio» el próximo 28 de abril. «Si quieren saber qué haremos cuando lleguemos al Gobierno, que miren a los consejeros de Ciudadanos en Andalucía» , fue la sentencia con la que marcó una hoja de ruta en la que ya está Javier Imbroda, titular andaluz de Educación y Deportes, o Juan Marín, vicepresidente de la Junta de Andalucía.

Aspiraciones para las que sabe que tiene que buscar socios en el sector de la derecha, remarcando, esta vez también, su veto a Pedro Sánchez por sus alianzas con Podemos y los nacionalistas. En este sentido, ofreció la mano a Pablo Casado entre críticas de indolencia. «Lo importante es tener fuerza para un Gobierno constitucionalista. Me preocupa que haya tirado la toalla . Está más pendiente de los problemas internos, que de formar un cambio de Gobierno», espetó al PP.

Un pacto en esa derecha en la que marca diferencias con Vox en el concepto de familia, porque frente a la «familia natural» que les achacó Guillermo Díaz, candidato por Málaga, Rivera defendió un Gobierno en el «todos los modelos son familias» y vaticinó un Ejecutivo que les «dará protección», porque uno de los principales problemas de futuro en España es la baja natalidad.

Y tras ese aviso a los futuros socios les marcó el enemigo común: Pedro Sánchez. Al presidente del Gobierno le llamó a olvidarse de indultos para los políticos catalanes presos si son condenados. Ahí fue directo con Sánchez, emplazándolo al debate que tendrán todos los candidatos. «No se pue de esquivar la pregunta del millón. ¿Estas con los jueces o boicoteas su trabajo? Recen para que siga Sánchez, aprovechen lo que les que queda», abundó Rivera, que se comprometió a no indultar si hay condena por el «procés».