Tribunales
Los abogados defienden al exdecano de Malaga «por no mandar a la muerte» a los letrados en la pandemia
Francisco Javier Lara se ha sentado este lunes en el banquillo de los acusados por una presunta desobediencia al tribunal al no mandar abogados a la guardia de detenidos
J.J. Madueño
Málaga
El Juzgado de lo Penal 15 de Málaga ha acogido este lunes la primera sesión del juicio al exdecano del Colegio de la Abogacía Málaga, Francisco Javier Lara, por un delito de desobediencia en relación con un servicio de guardia a detenidos durante el estado ... de alarma. Casi un centenar de abogados han ido apoyarlo ante el tribunal al considera que defendió las medidas para garantizar la salud de sus asociados. No han sido los únicos. Las defensa ha llegado desde varios puntos de España.
El decano del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), Eugenio Ribón, ha asegurado que «es una vergüenza que enjuicien a Francisco Javier Lara por no haber enviado abogados a la muerte en calabozos en plena pandemia, cuando la asistencia se podía hacer telemáticamente». Además, ha reseñado que «los que hoy le procesan sí estaban en sus casas pasando vistas desde las pantallas o a más de 10 metros del detenido y con mamparas».
Ribón ha insistido en que «la misma justicia que levantaba barricadas, mamparas y tomaba declaración por videoconferencia para protegerse, hoy sienta en el banquillo a un decano ejemplar». Por esto, ha pedido la absolución de Lara en este proceso «inhumano», que considera «un despropósito».
La Fiscalía pide el pago de una multa de 5.400 euros. El 6 de mayo de 2020, durante la guardia del Juzgado de Instrucción 10, se requirió la presencia letrada al haber cuatro detenidos. La acusación entiende que Lara actuó por «una decisión personal» e «incumplió» el requerimiento judicial, lo que motivó la puesta en libertad de los arrestados.
Según el fiscal, por su parte, ha reseñado que el juzgado llamó al Colegio de Abogados para informar que había cuatro detenidos para que acudieran abogados a prestar la asistencia letrada. Ha reseñado que en esa llamada la institución informó de que desde ese día no se iba a prestar servicio presencial, sino por videoconferencia, facilitándose un correo electrónico, pero no los nombres de los letrados de guardia.
La acusación pública sostiene que la magistrada dictó una resolución instando al colegio a que diera los nombres de los abogados de guardia o les comunicaran que debían comparecer «a la mayor brevedad posible» y que a «consecuencia de no haber recibido comunicación alguna, no habiéndose personado letrado para asistir a los arrestados, el juzgado puso en libertad a los cuatro detenidos».
La magistrada ha declarado como testigo en el juicio y ha negado que desde el juzgado o por su parte se dijera que ese día la asistencia fuera en los calabozos. «Yo no di ninguna consigna de cómo se iba a hacer la guardia», ha dicho, incidiendo en que fue «una decisión unilateral» por parte de Lara el que no fueran los letrados, mientras que todas las demás partes sí estaban. La abogada ha insistido en que esto motivó que tuviera que dejar a los detenidos en libertad.
«Histeria colectiva»
Sin embargo, Francisco Javier Lara ha rechazado lo expuesto por Fiscalía y ha asegurado que no tuvo voluntad de incumplir ningún mandato judicial, además de que no es cierto que actuara movido por un interés personal ni de forma unilateral. El exdecano ha aseverado que «de ninguna manera» tuvo una conducta obstructiva con el juzgado. Lara ha añadido que, por parte del colegio, se pidieron medidas para la asistencia con todas las garantías sanitarias, por videoconferencia, de forma que aunque fueran presenciales, no hubiera contacto físico directo.
Así, ha señalado en sede judicial que el Colegio de Abogados decidió que «el bien jurídico a proteger era la salud, la vida de los letrados de Málaga». Francisco Javier Lara, sin contestar a las preguntas del fiscal, ha añadido que la junta de gobierno del colegio se reunía «todos los días» y tenían «muy claro» que ese servicio constitucional se tenía que prestar.
Por otro lado, ha insistido en que era un momento de «histeria colectiva» y con un ambiente de «incertidumbre y angustia generalizada». Por eso, ha señalado que contestó ese día al requerimiento de la jueza con el protocolo de actuación, además de que todos los abogados que estaban de guardia estaban informados de lo que pasaba a través de un chat.
También ha recordado que ningún juzgado pedía un listado de los letrados de guardia, como hizo éste, y que eso sorprendió. Además, ha reseñado que, en otras ocasiones, el magistrado dejaba su despacho para las entrevistas con los detenidos, aunque ha dicho que en esa guardia desde el entorno del juzgado se les comunicó lo contrario. El juicio continúa el miércoles y quedará visto para sentencia.
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