Laura Gómez, profesora de matemáticas, explica por qué los cubitos de hielo son cuadrados: «No es casualidad»

Laura arranca el vídeo explicando que se trata de una cuestión matemática «¿Sabías que el refresco se te pone fresco gracias a las matemáticas?». A partir de ahí, cuenta que la forma de los cubitos influye directamente en la velocidad a la que una bebida se enfría: «Esta forma cúbica está pensada aposta», comenta. ¿El motivo? La superficie.

Los cubitos cuadrados tienen más área en contacto con el líquido, algo que favorece que el frío se transfiera más rápido. Dicho en palabras de Laura: «Más área, más contacto, se enfría antes». Es un detalle en el que la mayoría no cae, pero que marca la diferencia entre un refresco que se enfría en segundos y otro que tarda un poco más.

Ahora bien, no todos los cubitos que usamos en el día a día son así. En casa, lo más habitual son las hieleras de plástico que dan forma a pequeños medios óvalos o medias esferas. Estos cubitos no son cúbicos, pero el principio sigue siendo el mismo: cuanto más contacto haya con el líquido, más rápido baja la temperatura. Y también se derriten antes, claro. Por eso el agua del fondo del vaso aparece antes cuando usamos hielo casero.

En su vídeo, Laura también menciona los cubitos esféricos, muy populares en coctelería o en bebidas donde interesa mantener el sabor sin diluirlo tanto. La explicación es igual de sencilla: «La esfera tiene menos superficie por el mismo volumen, así que se derrite más despacio y enfría más lento». Esto los convierte en una buena opción cuando quieres que la bebida se mantenga fría durante más tiempo sin aguarla en exceso.

Lo interesante del planteamiento de Laura es que no lo propone como una elección correcta o incorrecta, sino como algo que depende de lo que busques. Si lo que quieres es enfriar rápido, los cubitos cuadrados —o incluso las medias esferas de casa— son la mejor opción. Si prefieres que el hielo dure más, las esferas completas funcionan mejor. Como ella afirma: «Así que depende del plan que tengas, ¿te interesa uno o el otro?».

Pero más allá de la anécdota, la explicación de Laura demuestra que las matemáticas están presentes incluso en los detalles más pequeños. Así que hagas lo que hagas la próxima vez que te prepares una copa o un refresco en casa, o pidas uno fuera, probablemente te acuerdes de esto.