contaminación atmosférica
Villanueva del Arzobispo, el único pueblo del mundo donde no se podía encender una hoguera
«Este año, por fin, hemos podido celebrar San Antón, nos ha llovido, pero hemos conseguido vivir nuestra tradición y encender las lumbres»
Protesta de centenares de personas de Villanueva del Arzobispo contra la contaminación ambiental
María Tajadura
Jaén
Pese a que los indicadores del aire de Villanueva del Arzobispo (Jaén) han mejorado en los últimos años, este municipio sigues estando entre las zonas calificadas como de peor calidad del aire de España. Una situación constante desde que forma parte de las ... estadísticas de la Red de vigilancia de la calidad del aire de España, al contar con un medidor de datos, instalado en el colegio del pueblo, desde hace ya una década.
La mala limpieza del aire se debe a la reducción de precipitaciones atmosféricas y la particular orografía del municipio jiennense. Ubicado entre dos sierras, en un valle, provoca la concentración de partículas PM10 de forma especial durante el invierno. Este hecho favorece el estancamiento y la acumulación, a nivel del suelo, de los contaminantes, cuando entran en funcionamiento las chimeneas.
Las medidas adoptadas desde hace veinte años van dando sus frutos. Los vecinos muestran su sorpresa cuando se les pregunta por la contaminación, «me extraña que me preguntes por este tema, ya no tenemos contaminación, eso fue hace mucho tiempo» responde un vecino a ABC, afirmando que la calidad del aire se encuentra en unos niveles óptimos.
La primera solución, hace una década, fue trasladar la orujera del núcleo urbano a tres kilómetros de distancia, «la fábrica, considerada como la más grande del mundo, tomó medidas, hizo muy bien las cosas, hasta el punto de que ha sido pionera en proyectos medio ambientales, solventando el problema» afirma el alcalde del Ayuntamiento, Jorge Martínez.
Instalación de calderas de biomasa
Resuelto el problema industrial, se procedió a la instalación de innumerables calderas de biomasa de uso doméstico, bonificadas por la Junta de Andalucía. La solución se convirtió en otro problema: la emisión de partículas perjudiciales para la salud.
De nuevo, saltaron los medidores y se tuvieron que cambiar esas calderas por otras más eficientes, con el perjuicio económico que llevó aparejado para los vecinos «en lugar de haber optado por los electrofiltros, más económicos y efectivos, y que según el Plan de Calidad del Aire hubieran eliminado del 80 al 85 % de las partículas» esgrime el primer edil.
La contaminación del aire no es exclusivo de Villanueva, «la tienen también otras poblaciones de la provincia de Jaén, pero al estar aquí el medidor es la nuestra la que salta». Opinión que difiere de la de otro vecino que afirma que «el medidor no es un enemigo del pueblo, sino una gran herramienta, tenemos un gran tesoro para poder trabajar y evaluar la calidad del aire y gestionar este tipo de riesgo mucho mejor.»
Manifestación contra la pobreza energética
Otra vecina, Encarnita Mora, promotora de una multitudinaria manifestación convocada hace cinco años en protesta por la prohibición por parte del Ayuntamiento de encender las chimeneas como medida de reducción de la contaminación, hace hincapié en que Villanueva es un pueblo que vive de la agricultura y que, al igual que el resto de municipios, es habitual encender la lumbre en invierno. Además, «si los medidores de partículas los pusieran en todos los pueblos nadie podría encender una lumbre».
«No se puede condenar a un pueblo a la pobreza energética, sacrificándolo a vivir en una burbuja, Villanueva fue el único pueblo del mundo que no podía encender una lumbre» critica Encarnita y añade que las lumbres aportan algo de contaminación pero no es la única causa «prueba de ello fueron los tres meses de pandemia, sin coches en las calles ni aviones por los cielos, llovió lo que no estaba escrito, se escuchaban los pájaros, era una bendición, hacía muchos años que no ocurría algo así, a nuestra naturaleza le dimos un respiro en esos tres meses, y en Villanueva no dio ni un gramo de contaminación.»
Los vecinos, en cumplimiento con las normas municipales, se han privado durante cuatro años del calor de una lumbre. «Este año, por fin, hemos podido celebrar San Antón, nos ha llovido, pero hemos conseguido vivir nuestra tradición y encender las lumbres» concluye Mora.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete