¿Dónde están los dos temporeros desaparecidos en la localidad jiennense de Villacarrillo?

Cuando en 2021 se notificó la denuncia del segundo desparecido saltaron las alarmas. Mismo lugar, mismo empresario, mismas circunstancias, todo era familiar para la Guardia Civil. Incluso, los dos jornaleros habían habitado en la misma vivienda propiedad del empresario y ambos desaparecieron tras reclamarle a su jefe mejoras laborales.

Tidiany Coulibaly un joven de 22 años procedente de Mali, desapareció en 17 de diciembre de 2013. Tomó la voz cantante entre sus compatriotas y discutió con el empresario tras reclamarle el pago de un salario acorde con lo estipulado por convenio del campo para él y su cuadrilla. Según daría por probado la Audiencia Provincial de Jaén durante el juicio, el patrón les pagaba entre 20 y 30 euros por jornal diario, es decir, muy por debajo de legal establecido en 50,36 euros. Además, tenía a varios empleados en situación irregular y sin dar de alta.

El hermano de Coulibaly, que también trabajaba con él para este mismo empresario, contó ante el juez que el día que pidió una subida de sueldo, el patrón se enfadó mucho y que les dio de plazo hasta las doce de ese mediodía para abandonar la vivienda en la que residían propiedad del empresario. En la casa se quedó Tidiany mientras él acompañaba a un compañero a la estación de autobuses, cuando regresó a los quince minutos, su hermano ya no estaba en la casa y no se supo nada más de él.

Tras la denuncia por la desaparición, la Guardia Civil rastreó la finca La Moratilla en Villanueva del Arzobispo, gestionada también por el sospechoso, en ella encontraron unas orejeras que pertenecían a Cobalny con ADN del detenido aunque el subsahariano nunca trabajó allí. El teléfono móvil del patrón lo situaba en aquel terreno la mañana en que Coulibaly desapareció y los perros de la Guardia Civil marcaron restos biológicos en un olivo a escasos metros del lugar donde hallaron las orejeras. Por todo ello, el empresario fue detenido y acusado, pero tras el juicio fue absuelto del delito de desaparición forzosa por falta de pruebas, sí que se demostró que explotaba a sus trabajadores por lo que fue condenado a dos años y medio de cárcel y al pago de multas de hasta 11.400 euros por explotación laboral, defraudación de fluido eléctrico de la vivienda en la que habitaban los temporeros y un delito contra la administración de justicia.

Ibrahima Diouf, senegalés de 33 años, fue visto por última vez el 5 de enero de 2021 en Villacarrillo. El 16 de enero un amigo de este temporero denunció ante la Guardia Civil que el joven había desaparecido después de haber estado discutiendo con el patrón la noche de Reyes. «El día que desapareció llovía a mares, el campo estaba enfangado y el patrón pidió a Ibrahima y al resto de la cuadrilla que fueran a la finca y recogieran la aceituna de todos modos. Él se negó a trabajar en esas condiciones y discutieron. Entonces, Ibrahima le dijo que se marchaba», explicó a la Guardia Civil. La última vez que fue visto arrastraba una maleta roja e iba a ver al empresario para pedirle el pago de lo que le debía. Su intención era marcharse con otro amigo a Cartaya (Huelva) a la recolección de la fresa donde nunca llegó a ir.

En este momento, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil coge las riendas de la investigación. Rastrearon palmo a palmo varios parajes, se utilizaron caballos y perros del Servicio Cinológico para la detección de restos biológicos, se contó con miembros de los grupos de Actividades Subacuáticas (GEAS) y de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim) para la inspección de un pozo. También se utilizó un dron que sobrevoló la zona y los puntos de difícil acceso, e incluso se pidió la colaboración ciudadana para poder esclarecer el caso solicitando fotos o vídeos grabados en la vía pública de Villacarrillo entre los días 5 y 7 de enero de 2021. En ninguno de los casos se encontró una pista que arrojara luz sobre el caso.

La investigación volvía a la acción el pasado lunes con la detención Ginés V.L. La UCO tiene nuevos indicios que corrobora y apoya con nuevos registros que realiza a lo largo de la semana en distintos inmuebles propiedad de la familia del empresario en el municipio, concretamente, un garaje y varias casas aledañas a este inmueble, todas en la misma calle. Los registros comenzaron por la vivienda de la madre de Ginés. De esta forma, los investigadores siguen recabando indicios que puedan arrojar alguna pista sobre dónde se encuentra Ibrahima Diouf y la implicación del empresario.

Los registros continúan y el martes la UCO detiene a la mujer del empresario, han encontrado entre sus pertenencias un arma para la que no tenía licencia, pero tras ser interrogada a las pocas horas de su detención queda en libertad con cargos por tenencia ilícita de armas.

El jueves, 20 de marzo, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Villacarrillo acuerda el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del patrón por la presunta comisión de los delitos de homicidio y tenencia ilícita de armas. Ginés se acoge a su derecho a no declarar.

Tras cuatro años de investigaciones el jornalero sigue sin aparecer, pero la Guardia Civil, tras los nuevos registros en las propiedades familiares del sospechoso, ha encontrado nuevos indicios y pruebas suficientes para que el juez decrete su ingreso en prisión y tal vez, esta vez pueda demostrarse su participación en los hechos. Hay un claro convencimiento de que el esclarecimiento de la desaparición de Ibrahima llevará irremediablemente a conocer qué le paso a Tidiany.

Aun así, la pregunta sigue pendiendo sobre la investigación y sobre un pueblo entero, ¿dónde están los dos temporeros desaparecidos?