«Hay que reforzar los controles y la investigación para frenar a la Xylella Fastidiosa»

Se trata de una situación muy grave. Tanto que la Unión Europea ya reforzado los controles fronterizos para evitar que la bacteria pase de un país a otro y que, como ya pasó con la filoxera a principios del siglo XX que acabó con las vides, diezme los olivares de España, Portugal o Francia. Rafael Jiménez Díaz, ponente en la jornada organizada por Asaja, miembro del CSIC y presidente de la Asociación Española de Sanidad Vegetal dejó claro que «la Xylella Fastidiosa  destruye el árbol adulto y el jovencito y que el peligro reside en la facilidad de propagación, a través de los insectos que chupan el xilema del árbol y mantienen la bacteria en su aparato bucal. Son insectos que existían antes de la bacteria y existirán, pero que deben de ser diana, ser reducidos en población, para mermar la magnitud del efecto de contagio en los casos en que sea necesario»

Ante esta realidad el científico puntualizó que el agricultor, por ley, debe de denunciar si sospecha de un árbol o explotación afectado para que se adopten las medidas más urgentes y que la infección no vaya  más. Así las cosas Asaja ha insistido en reforzar, aún más si cabe, los controles fronterizos y destinar dinero a la investigación contra la Xylella fastidiosa para evitar su propagación más allá de los focos localizados en Italia.

También en esta jornada se habló del «Verticilium», un viejo conocido ya entre los agricultores y para el que aún no hay remedio definitivo, se ha explicado el medio de transmisión y cómo evitar posibles contagios del  hongo, además de repasar cómo estaba la situación en los años ochenta, cuando comenzó a conocerse la enfermedad, y en qué punto nos encontramos ahora, momento en el que, si bien no hay solución global, sí algunos métodos para r educir el impacto de la enfermedad en el árbol y evitar contagios innecesarios a través del suelo o de plantas ya infectadas.