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La bronca del juez Calatayud en el grupo de menores y porno del Parlamento andaluz: «Los padres son los únicos culpables»

«Si los padres son tan modernos que le compren un llama-cuelga, sin internet, porque ahora le damos en directo el Playboy a los niños de ocho años con móviles de última generación»

«Soy fumador y no se me ha ocurrido nunca darle un Celta o un Bisonte a mi hijo de dos años pero hoy los padres le dan un móvil en una terraza para que los dejen tranquilos»

El Parlamento andaluz reacciona ante el consumo de porno por menores en internet

El juez Emilio Calatayud, durante una conferencia en Sevilla en una imagen de archivo rocío ruz
Soraya Fernández

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Demoledora. Así ha sido la intervención del magistrado y juez de Menores de Granada Emilio Calatayud en el grupo de trabajo creado en el Parlamento andaluz para combatir el acceso de menores a la pornografía en internet, que se ha reunido este martes en una nueva sesión.

El magistrado ha responsabilizado a los padres de lo que está ocurriendo, ha arremetido también contra la enseñanza y le ha dado igualmente un repaso a los políticos: «Si los padres son tan modernos que le compren un llama-cuelga, sin internet, porque ahora le damos en directo el Playboy a los niños de ocho años con móviles de última generación».

Calatayud ha iniciado su intervención recordando dos artículos fundamentales del Código Civil. En primer lugar, el 154, que establece que la patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos de acuerdo con su personalidad, y que comprende los siguientes deberes y facultades: velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral.

Y en segundo, en el que más ha incidido, el 155, que establece que lo hijos deben obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad y respetarles siempre; y contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella.

«Un cachete no es maltrato»

En este sentido, ha recriminado que se hable mucho de los derechos del menor pero nada de sus obligaciones: «Se les han transmitido muchos derechos y ningún deber y se ha perdido la autoridad de los padres. No soy partidario del cachete pero confundirlo con maltrato es una auténtica barbaridad».

Sobre la educación, ha asegurado que la responsabilidad es de los padres y que la escuela es un complemento, y ha reprochado a la clase política su falta de iniciativa en este ámbito. «Ningún partido político ha sido capaz en estos 54 años de democracia de impulsar un pacto por la educación. Cada vez tenemos chicos más ignorantes y peor educados3.

En este sentido ha abogado por hacer que los menores se esfuercen y desarrollen su capacidad de trabajo. «Si hay que suspenderlo pues se hace. La frustración es muy buena en la vida. No pasa nada. Siempre les digo a los maestros: puteadlos todo lo que podáis pero al final aprobadlos».

Llegado a este punto, ha confesado sentirse sorprendido por el interés que desde hace un año observa sobre el impacto de las nuevas tecnologías en los menores. «Lo llevo advirtiendo hace 15 años. Los móviles, las redes, los ordenadores... son una droga. Soy fumador y no se me ha ocurrido nunca darle un Celta o un Bisonte te a mi hijo a los dos años pero hoy los padres le dan un móvil a su hijo en una terraza para que los dejen tranquilos».

Calatayud ha advertido que el internet y los dispositivos móviles son un «instrumento muy peligroso para cometer hechos delictivos y para ser víctima de delitos». Y ha dado varios ejemplos de casos que ha juzgado. Uno es el de un chico de 15 años que se quedó sin wifi y llamó a su madre al trabajo. Ésta dejó su trabajo para ir a casa pero no pudo arreglarlo. El hijo, para evitar que se fuera, le rompió la nariz.

Y vuelta a la carga: ha asegurado que muchos chavales le han asegurado que durante el Covid, que ha denominado «bicho», le han reconocido estar 18 horas al día enganchados al móvil.

La edad mínima, los 14 años

«Un niño no tiene que tener un móvil. Es una barbaridad. Sí un llama y cuelga, pero no acceso a internet. La edad mínima debe ser al menos los 14 años, porque es a la que se les puede exigir cierta responsabilidad penal. Sin embargo, los móviles de última generación son el regalo estrella de comuniones y Reyes. ¿Quién tiene la culpa de que niños de 8 y 9 años tengan un iPhone? Los padres».

Por ello, ha insistido en que hasta los 14 años no se les dé un móvil a un menor: «La edad nos da seguridad jurídica. A los 14 el menor es responsable penalmente de las consecuencias de sus actos«.

Ha defendido que los niños no lleven móviles a la escuela y que se vuelva a la pizarra de tiza. En este punto de la intervención ha arremetido contra la Junta de Andalucía: «¿Qué es eso de mandarle los deberes por Séneca y Classroom?. Así tenéis a los maestros, quemados y jubilándose. Los que menos interesan son los niños», ha sentenciado.

El magistrado ha asegurado que los móviles son un instrumento para cometer delitos: maltrato a los padres, acoso escolar... y también ha puesto ejemplos de casos que ha juzgado, como el de una niña de 12 años a la que su nuevo novio le pidió una prueba de amor «y no paró hasta que consiguió que le enviara un video de seis minutos masturbándose que fue colgado en redes sociales. Vieron el video casi 20.000 personas».

«Además de violadores son tontos porque graban la agresión»

Calatayud ha reconocido además que las agresiones sexuales se están disparando en Andalucía entre menores «a raíz de La Manada. Además de violadores son tontos porque graban la agresión sexual«.

Por todo ello, ha asegurado que no pasa por prohibir, y ha pedido que se legisle «con sentido común. ¿Cómo puede una chica de 16 años abortar sin conocimiento de sus padres o cambiarse de sexo pero no comprar tabaco?».

Ha incidido en la necesidad de que los padres pongan límites: «Nos da miedo decirles que no. No hay que frustrarlos y aquí mucha culpa la tienen los psicólogos y pedagogos».

Cree acertado poner videocámaras y cortafuegos en los centros educativos: «Habrá que ponerlas por desgracia. Ya no te puedes fiar de los centros ni de los alumnos». Asimismo, ha pedido mayor compromiso de la Unión Europea.

«Pa' lo que me queda en el convento me cago dentro. Pido disculpas si alguien ofendido». Con esta frase ha concluido su intervención aludiendo a su próxima jubilación.

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