Economía

Los turistas en Córdoba durante el puente: «ahorran y lo ven todo más caro»

El último día del puente de agosto en Córoba pasó con pocos turistas en las calles, y muchos de ellos vienen con la intención de pasar un día de pic-nic

Los hoteles de Córdoba pierden un tercio de las reservas en el puente de agosto

Un grupo de jóvenes descansa en el pretil de la Mezquita-Catedral al mediodía del lunes del puente de agosto Valerio Merino

R. V. m.

Córdoba

El puente de agosto por el día de la Virgen de la Asunción no suele ser bueno para el turismo en Córdoba, y este año está siendo incluso peor que los ejercicios anteriores. La ciudad está en plena temporada baja dado que los turistas ... suelen preferir las zonas de costa y huyen del calor. Ya esta misma semana la patronal de los establecimientos hoteleros de Córdoba, Aehcor, barruntaba que iba a ser un mal puente para el sector en comparación con lo visto el año pasado, por diferentes motivos. De media, la asociación estimaba que las reservas habían caído en torno a un 20 o 25 por ciento para este puente.

Y todo indica que así ha sido. La menor afluencia de turistas se ha dejado notar también en los establecimientos de restauración y hostelería. Este lunes, el último día del puente, a mediodía se veía poco movimiento en los bares y restaurantes del Centro histórico, casi todos ellos abiertos. Su patronal, Horeca, emitió un comunicado en el que se quejaba de que «llegados a final del puente sólo se pueden sacar ideas negativas de un puente de agosto pasado por agua al principio del mismo». La lluvia cayó en primer lugar el viernes por la tarde-noche con algunas gotas, pero dejó un aguacero importante el sábado que pilló desprevenidos a los turistas que visitaban los principales monumentos.

El puente ha sido tan malo para la hostelería que es probable que muchos negocios no puedan ni siquiera cubrir los gastos, habida cuenta del incremento de los precios de los suministros básicos. También han subido los precios de las bebidas y los productos de alimentación que se sirven en los bares y restaurantes, que no pueden aplicar todo el aumento a sus precios para no perder más clientela. En consecuencia, según la patronal Horeca, «los días han ido pasando de manera que los que han estado abiertos han podido vender algo más de lo habitual, pero sin poder sufragar los gastos y costes del mes en curso».

Entre esos gastos, los empresarios citan especialmente el de la electricidad, que lleva un año de subidas desproporcionadas. Y los establecimientos de hostelería gastan mucha más que un domicilio particular: neveras, refrigeración, climatización, iluminación... «De pasar de poco más de 1.000 euros en un año, hay establecimientos que han llegado a pagar hasta 4.000 euros de la factura de la luz del mes pasado. Una aberración total contra los establecimientos», sostiene Hostecor en su comunicado de prensa oficial.

El bolsillo de los turistas

La inflación se nota también, cómo no, en el bolsillo de los visitantes. Todo les cuesta más, desde los precios de las habitaciones hasta el aperitivo o las comidas. Y tratan de ahorrar en lo que pueden, asegura Rafael, un guía turístico oficial que a mediodía de este lunes festivo («para mí es como un domingo», aseguraba) se afanaba en buscar clientes en el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral, que además a esa hora permanecía cerrada por la misa del Día de la Asunción. «Se ve algo de gente, pero vienen con poca capacidad económica, ahorrando, porque lo encuentran todo más caro», recuerda.

«Se ve algo de gente, pero vienen con poca capacidad económica»

Rafael

Guía turístico oficial

Rafael cita cómo varios turistas le preguntaron si podían comerse un bocadillo en el Patio de los Naranjos y rellenar en la fuente sus botellas de agua. Todo un símbolo de lo que está viviendo la ciudad en algunos casos. Este guía turística, con una pequeña empresa que da trabajo a cinco personas, también critica la «publicidad» que se da a las olas de calor, algo que no es nuevo, y que «hace que la gente se retraiga de venir a Córdoba». Todo ello a pesar de que «en las callejuelas del Centro se puede estar perfectamente paseando mientras fuera hace 42 grados. Nosotros (los cordobeses) nos adaptamos y los turistas también lo hacen. Es nuestra herencia Omeya».

La otra queja de los guías viene de lejos y tiene que ver con la situación económica. Cuando el turista trata de ahorrar en todo lo que pueda, es fácil que se deje llevar por los 'free tours', en los que sólo se paga la voluntad. Rafael, por el contrario, cobra 10 euros por una ruta «con calidad» que dura entre una hora y media o dos, pero de ahí tiene que pagar impuestos y a sus trabajadores. Esa situación se agrava ahora cuando los visitantes procuran ahorrar costes.

La opinión de los visitantes

Un ejemplo es lo que vivieron Maite y Álvaro, un matrimonio de Madrid de mediana edad que ha estado casi todo el puente (dos noches) en Córdoba con sus dos hijos pequeños. Ayer lunes, Día de la Asunción, se disponían a preparar las maletas en un céntrico estacionamiento muy cerca del apartamento que habían alquilado. «No puedes hacer todo lo que quieras, o todo lo que te gustaría hacer, porque el dinero no llega para todo». ¿Han visto caros los precios? «Algunas cosas sí, pero en general no creo que sea Córdoba una ciudad cara en comparación con Madrid», aseguraban.

También en el centro otras tres amigas jóvenes de Madrid acababan de salir del hotel recién llegadas de la capital, «para aprovechar el tiempo». Lo cierto es que se iban al día siguiente hacia la playa de las costas de Cádiz, y su mayor preocupación era «salir mañana (por el martes) temprano para evitar todo eso que se forma en los alrededores de Sevilla». Hicieron escala en Córdoba y pensaban ver la Mezquita-Catedral y poco más, ya que tampoco disponían de mucho más tiempo en la ciudad.

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