Los taxistas creen que aumentar el número de licencias en Córdoba «no resolvería nada»

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El sector del taxi en Córdoba asegura en su nota que «queremos aclarar algunos aspectos» y reafirma «nuestro compromiso con la transparencia y la calidad, pilares de un sector que lleva décadas sirviendo a los cordobeses con profesionalidad y dedicación».

En un amplio texto con cinco puntos, a modo de guion o esquema, la asociación de taxistas de la capital concluye que «el taxi de Córdoba es un ejemplo de servicio público eficiente y humano». Además, apuntan que «seguiremos trabajando junto al Ayuntamiento», que abrió este debate al anunciar su intención de cumplir con la normativa y actualizar el coeficiente de licencias, como le obliga la ordenanza municipal, para «mantener un modelo que prioriza a los ciudadanos frente a los beneficios corporativos, más allá de dar un servicio acorde a la explotación [sic] y a la dignidad de las personas que componen el taxi».

En su repaso por puntos, Autacor inicia su comunicado con el enunciado 'El taxi: servicio público regulado y garantista'. Para el sector, «el taxi en Córdoba es un servicio público prestado por autónomos, sujeto a rigurosas normativas municipales y autonómicas que garantizan: seguridad, controles periódicos de vehículos y conductores; accesibilidad, flota adaptada y tarifas reguladas; disponibilidad: cobertura 24 horas, 365 días al año, incluidos eventos masivos y emergencias». Aunque la demora, reconocida por el máximo responsable del sector en la ciudad, pueda superar los «20 minutos» en actos y días que mueven masas.

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Posteriormente apunta en la diana hacia las VTC, ya que señala que «frente a esto, las VTC (Vehículos de Turismo con Conductor) operan como un servicio privado, concentrado en grandes empresas (el 96% de las licencias en Andalucía están en manos de corporaciones). Su modelo, basado en contrataciones precarias y sin obligación de cubrir demanda social, explica su ausencia en Córdoba: no les resulta rentable, no hay veto alguno por parte del taxi».

En el segundo punto del documento, los taxistas aseguran que 'Córdoba no es comparable: singularidad y necesidades propias'. De hecho, estas son las que han hecho abrir el debate al Ayuntamiento por ampliar (o no) el número de licencias del taxi. «Cada ciudad tiene realidades distintas. Comparar el número de taxis con otras urbes ignora factores clave». En este punto, los taxistas aluden a la comparación que Jordano realizó en este periódico y que destacaba que aquí hay 1,55 licencias por cada mil habitantes, mientras «en una ciudad de tamaño similar como Bilbao hay 2,10».

Sobre esta cuestión, los taxistas apuntan que: «Turismo: Córdoba carece de aeropuerto internacional [obvia que los ha tenido a Praga y otros puntos de Europa en el último año] o flujos masivos como otras ciudades. Si bien, el aumento de turismo es una realidad, no se puede basar en la cantidad, sino que hay que ver la tipología del turismo y su repercusión en el sector: geografía urbana, la compactibilidad del casco histórico reduce la demanda de largas distancias; regulación, nuestro modelo prioriza el servicio universal, no el lucro empresarial, pero si la suficiencia económica en la prestación del servicio y la dignificación de la actividad por parte del autónomo».

En el tercer punto del comunicado, encabeza con 'El taxi no es un monopolio: es competencia leal'. Sobre este aspecto, el texto del sector apunta que «hablar de monopolio es un error conceptual. Los taxistas son autónomos que compiten entre sí y con otros transportes (autobuses, bicicletas, etc.). Las VTC podrían operar aquí si lo desearan, pero eligen no hacerlo por falta de rentabilidad. En Andalucía existen actualmente más de 3.500 autorizaciones de VTC que pueden prestar servicios urbanos en las diferentes provincias. El hecho de que no haya en Córdoba ninguna plataforma de multinacionales operando, es por rigor puramente de rentabilidad, sin menoscabo de las necesidades que cubre el taxi para con sus ciudadanos».

El documento obvia que en Córdoba se tramitó una norma que impedía a las VTC acceder al casco de la ciudad sin una autorización previa de 48 horas sobre el servicio a prestar, lo que, sin duda, pudo dificultar su actividad. Además, también ignora que el propio presidente de los autónomos del taxi en Córdoba, José Antonio Coca, aludió a la misma necesidad de la «rentabilidad» de este servicio público esencial, hace sólo dos semanas en ABC, para justificar algunas medidas impuestas en la ciudad como la limitación a 18 horas por licencia de lunes a jueves o el régimen de descansos y vacaciones del sector.

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Además, en el cuarto punto alude al 'Compromiso con Córdoba: pandemia e idiosincrasia local'. En este caso, «mientras las plataformas de VTC abandonaron durante la COVID-19, el taxi cordobés siguió en primera línea, transportando a sanitarios y personas vulnerables. Los taxistas son vecinos de Córdoba, invierten en la ciudad y contribuyen a su economía local. No es un servicio deslocalizado».

En el quinto punto, lo encabeza con 'Licencias VTC: riesgo para la calidad y cohesión social'. A juicio de los autónomos del taxi de la asociación mayoritaria en la capital, «autorizar más VTC o aumentar el número de licencias de taxi, no resolvería nada porque desestabilizaría un sector que ya cumple con la demanda; favorecería a empresas foráneas sin compromiso con la ciudad; y precarizaría el empleo (conductores VTC suelen tener salarios inferiores y sin protección social). El taxi sufriría sin medida el exceso de oferta de manera cotidiana y sin sentido a una demanda localizada y cambiante».