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Crónicas de Pegoland

Corredera, se llama Corredera

Cambiarle el nombre a la plaza grande hubiera sido coherente con la decisión de cambiarle el alma

Dos mujeres, camino del mercado Valerio Merino
Rafael Ruiz

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El debate, tan fugaz como erróneo, de cambiarle el nombre a la plaza de la Corredera por Alcalde Julio Anguita González parece haberse difuminado tras varias semanas dando la vara, sobre todo, en internet. Ayer mismo, unas 16.000 personas habían firmado la propuesta ... en «change.org», una página que vive, parece ser, de que las personas humanas propongan cosas y otros lleguen y las firmen. Curioso mundo éste el del capitalismo de internet , que convierte los pegos en modos de ganarse las habichuelas. El asunto de Anguita pretendía ser un intento de rendir homenaje al fallecido político cordobés que tenía en el Sótano su partida de dominó tres días a la semana con sus compadres de pito doble y voy cerrando. No tengo nada claro que el fallecido alcalde hubiese autorizado una medida de esas características. Exégetas de la obra de Anguita hay más autorizados para dar una opinión al respecto.

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