El empresariado de Córdoba constata ya el freno del consumo por el alza de los precios

«Las enagüillas han subido unos cuatro euros por metro, así que los clientes se echan para atrás», asegura la vendedora a ABC , consciente de que la escalada del Índice de Precios al Consumo (IPC) está haciendo daño al comercio de proximidad. Sucede que el dato avanzado de la inflación de octubre en todo el territorio nacional es del 5,5 por ciento, el más alto de los últimos 29 años, y se asienta en gran parte en el encarecimiento de la energía eléctrica. En Córdoba , el último registro corresponde a septiembre, y el ascenso es del 4,6 por ciento, el más elevado en trece años.

«La subida de los precios se nota mucho en nuestra actividad, porque hay menos afluencia de público, por lo que las ventas se han reducido bastante, aunque no puedo decir un porcentaje, pero vemos lo que se saca de caja todos los días y hay diferencia con lo que se ingresaba antes», completa Eva María Palacios. «El encarecimiento de los productos en los precios finales depende de los tejidos: en los de cortinas hay una media de cuatro a cinco euros por metro, sobre todo en los de catálogo , que son los más caros. Y en los tejidos básicos de vestir la subida es de entre un euro con cincuenta y tres euros», resume. A modo de ejemplo: poner unas cortinas nuevas en el salón le cuesta al consumidor unos 35 euros más que hace solo dos o tres meses.

La preocupación por la situación es generalizada en el sector. El presidente del Centro Comercial Centro Córdoba, Manuel Blasco lo avisa: «Está claro que el alza del IPC va a influir para mal, porque nos tememos que va a encarecer el producto que nosotros les compramos a los mayoristas, y eso afectará al consumidor porque tendremos que subir los precios», subraya el representante de los comerciantes del centro de la ciudad, que el pasado fin de semana pusieron en marcha por primera vez una ‘Shopping Week’ justamente para combatir las ventas en un momento muy difícil. «Hay un problema fundamental, que es el incremento del coste de la luz y del transporte. Las fábricas del norte están haciendo paradas», comenta Manuel Blasco.

Si el retroceso en las ventas llega a las tiendas de un bien casi de primera necesidad como es la ropa y cuyo precio no tiene por qué ser muy elevado, qué decir de la automoción , y más en gamas de coches altas. Ángel Fuentes Jara es el gerente del concesionario San Rafael Motor , situado en el polígono industrial de Las Quemadas y que comercializa las marcas BMW y Mini . «El automóvil es una de las inversiones más elevadas que se pueden realizar, por lo que, al bajar el poder adquisitivo a causa de la subida del IPC , es lógico pensar que la intención de compra se reduzca y la venta de automóviles se vea claramente perjudicada», señala.

¿Y cómo afronta San Rafael Motor esta escalada de la inflación? «Es difícil tomar medidas importantes para reducir los efectos del IPC, pues los gastos que hay que afrontar son muy estables: la actividad requiere unos recursos diarios muy concretos que no se pueden rebajar al mismo nivel que lo que se ha incrementado el IPC , por lo cual la competitividad empeora por el incremento de los costes», suscribe el gerente del concesionario, que asume que «es muy alta la probabilidad de que la demanda en el sector del automóvil se reduzca, tanto en ventas como en posventa».

Esta misma impresión es la del gerente de la Asociación Provincial de Talleres y Automoción de Córdoba (Atradeco), José Manuel Rodríguez-Carretero. «La subida del IPC afecta fundamentalmente en un potencial detraimiento de la demanda del consumidor en cuanto a la contratación de servicio de reparación de los vehículos, tanto en reparadores independientes como en concesionarios, porque el consumidor que perciba un menor poder adquisitivo podría retrasar su compra de vehículo o incluso una reparación no necesaria».

El sector, con todo, trata de aguantar el tirón : «Pocos son los talleres de los ochocientos que hay en la provincia de Córdoba que hayan subido sus tarifas debido a la crisis energética o del metal y microcomponentes, e igual pasa en el precio de los vehículos: son nuestros autónomos y empresas los que por ahora están asumiendo el encarecimiento generalizado». Para Rodríguez-Carretero es un riesgo que «el retroceso podría llegar en noviembre y sobre todo en diciembre si no se corrigen las cifras de IPC ; tememos sobre todo el inicio del año 2022 , que puede ser malo».

Las gasolineras de servicio también se han echado sobre los hombros el encarecimiento del coste de la vida. Así, el presidente de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Córdoba, Rafael Larrea, afirma que «las estaciones de servicio somos pymes y micropymes, en la mayor parte de carácter familiar y la recuperación no acaba de llegar: no tenemos un pozo de petróleo debajo de nuestras estaciones de servicio, y formamos parte de una cadena de distribución y los productos que vendemos se han encarecido de una forma importante en los últimos meses», suscribe.

Larrea concluye con que «nosotros no tenemos margen para modificar los precios: estamos haciendo los que estamos haciendo, que es reducir nuestro beneficio y no trasladar al mercado el encarecimiento de los carburantes. Las estaciones de servicio somos las primeras víctimas de la escalada del IPC , por lo que estamos en un nivel de ventas que es un 20 por ciento inferior a lo que sería habitual en esta época del año».