LA CERA QUE ARDE
Elefantiasis
Amazon se ha encontrado con el entramado gigantesco de los trámites urbanísticos y se ha ido a Dos Hermanas
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Iniciar sesiónSe ha muerto en la semana pasada el elefante del zoológico y a mí me han asaltado algunas cuestiones; ¿era yo tan chico cuando llegó ese animal al zoo?, ¿qué se hace con el cadáver de un elefante?, ¿se embalsama?, ¿se lleva a un ... punto limpio de Sadeco?, ¿se incinera en el centro de control animal?, ¿se le hace un rito funerario hindú con una pira en El Arenal y se esparcen sus cenizas en el río?...
El elefante en cuestión era hembra y se llamaba Flavia , como muchos sabíamos. Nos encontramos ya en el año 1976 con un ejemplar asiático de nombre epiceno. Los nombres epicenos son los nombres de un solo género: la pantera, el mosquito, el avestruz o la tortuga comparten característica gramatical con Flavia, lo cual pudo crearnos un problema hace años a la hora de denominar a Flavia «elefanta» porque su uso era incorrecto, pero, 43 años más tarde, y teniendo en cuenta que en España ahora tenemos presidentes del gobierno cuya primera decisión de Estado es cambiar el colchón matrimonial, este tipo de licencias gramaticales no deben turbarnos. El progreso se ha comido a los nombres epicenos y a los hombres de Estado.
Da vértigo pensar que cuando llegó Flavia yo me dedicaba a comprar el Don Miki y ahora leo el ABC. Y no me he dado ni cuenta, así que no quiero pensar cómo habrá sido la vida del animalito y la de cosas que habrá visto desde su jaula-casita. Bueno, en realidad no ha visto a otros elefantes y sí a muchos niños, y padres, y concejales distintos, cosa esta última que no se considera específicamente maltrato animal pero podría serlo. Quiero creer que en cualquier caso Flavia ha tenido una vida tranquila , muy tranquila, muy cordobesa en realidad. Los elefantes,( incluso los asiáticos, que son más pequeños que los africanos), suelen caracterizarse por sus movimientos lentos y parsimoniosos, aunque eso no quita que si nos vamos de safari le echemos una carrerilla a una estampida de paquidermos porque igual nos ganan. Más vale no tentar a la suerte ni a un safari, por muy monárquico que este pueda ser. La envergadura de estos animales ha servido para que nominemos enfermedades que tienen que ver con la hinchazón y el engrosamiento , y así tenemos que la elefantiasis está llamada de tal manera cuando se produce un crecimiento extraordinario de las extremidades inferiores . Podríamos, a modo de licencia literaria, denominar elefantiasis al entramado gigantesco de la administración pública y al proceso de trámites que se requieren para una licencia de actividad económica, un permiso de residencia o liberar suelo industrial. La multinacional Amazon se ha encontrado, por ejemplo, con la elefantiasis cordobesa, y con el cadáver de Flavia, y se ha llevado su infraestructura logística a Dos Hermanas , provincia de Sevilla. Uno de los efectos de la elefantiasis propiamente dicha es la hinchazón del escroto, y en este caso en efecto ha sido así, porque puede ser que muchos cordobeses tengan inflamación allí mismo al ver cómo pasan las cosas que pasan y siguen ocurriendo.
Flavia tuvo una muerte serena y tranquila tras 43 años de quietud. No era «la elefanta más triste del mundo». Era un elefante en Córdoba, que no es poco. Pobre animal.
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