Desde mi rincón

Córdoba, ciudad ilusión

Es necesaria una mayor implicación ciudadana y mejores representantes

El político Benjamin Disraeli ABC

El político inglés Benjamín Disraeli , de familia judío sefardí y orígenes españoles, adquirió larga experiencia como escritor, abogado y periodista antes de entrar en política. Cuando consigue ser parlamentario debuta con un sonoro abucheo por sus extravagantes e insólitas propuestas. Él nunca ... tuvo miedo a explorar nuevos caminos o a emprender proyectos aparentemente difíciles de conseguir, si eso era lo que como político creía que reclamaba la sociedad. Esa decisión de luchar a contracorriente cuando trataba de alcanzar objetivos aparentemente difíciles en los que creía, se vio recompensada pocos años más tarde cuando la Reina Victoria lo nombra ministro de Hacienda y posteriormente primer ministro del Reino Unido . Disraeli pasa a la historia como uno de los políticos conservadores más valorados. ¿Por qué hablo de él?

La sociedad española se ha hecho cortoplacista . Todo aquello que no genere utilidad a corto plazo no interesa. Si hablamos de política por lo que de ejemplo representa, observamos que en la actualidad abundan los políticos profesionales que actúan más preocupados en alcanzar o conservar un cargo que en satisfacer las necesidades y bienestar de quienes han confiado en ellos. Bajando la vista a lo más cercano, es mi opinión que Córdoba está falta de hombres y mujeres con mentalidad de estadistas que olviden el corto plazo y piensen en una Córdoba para las nuevas generaciones. Mujeres y hombres que con su ejemplo sirvan de modelo a la sociedad. Políticos que, en el gobierno o en la oposición, actúen pensando en la Córdoba que van a necesitar nuestros hijos y nietos, sin olvidar por ello el cuidado y necesidades de los que en la actualidad vivimos en ella.

Córdoba también necesita dotarse de una sociedad que sepa entender esto y exigirlo a sus representantes. Una sociedad que, sin olvidar el trabajo diario de cada uno, se involucre de manera pacífica y democrática en las cosas de la comunidad, es decir, en las cosas de todos. Córdoba reclama desde hace tiempo una sociedad que empiece a ver como algo deseable y posible hacer de Córdoba un lugar bueno para trabajar y vivir hoy y dentro de veinte años. Con esa mentalidad, soñando con esa Córdoba , con los pies en la tierra pero con la cabeza en las nubes, si me lo permiten, construiré mis próximas columnas cuando hable de nuestra tierra.

Córdoba va a iniciar una nueva andadura tras las últimas elecciones. Todos los que desde un lugar u otro van a tener responsabilidades de gobierno, administración o control en la ciudad, deberían actuar buscando sembrar ilusión en los ciudadanos. Porque que la ilusión generalizada es lo único que nos hará alcanzar objetivos que hoy parecen imposibles o muy difíciles de conseguir. Hagamos entre todos de Córdoba una Ciudad Ilusión .

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