¡Queremos votar!

Estoy totalmente convencido que en España existe una inmensa mayoría de personas situadas en un «centro-político democrático, lúcido, razonable y, sobre todo, español». Personas respetuosas con el orden establecido. Ciudadanas y ciudadanos que unas veces han depositado su confianza en el PP y otras en el PSOE o Ciudadanos . Por eso y aunque pueda parecer mentira a alguno de mis lectores, soy optimista ante el futuro. Pero el futuro no se nos va a regalar por mucho optimismo que derrochemos. Previamente debemos convencernos que somos una inmensa mayoría los que conformamos ese centro-político. Y que por ser mayoría podemos democráticamente alcanzar lo que nos propongamos. Pero antes hay que eliminar ese individualismo y egoísmo que por algunas diferencias nos impide ver que coincidimos en lo primordial. Por último, y puede que sea lo más complicado, hay que buscar e implicar de entre esa mayoría, a un grupo de personas honradas y capaces, dispuestas a liderar ese caminar hacia la meta. Personas en las que confiemos. Estoy convencido que si ponen a España y a los españoles como único objetivo tienen el triunfo garantizado.

El surafricano Lyall Watson dijo en uno de sus libros que «si un número suficientemente grande de personas (Masa Crítica) adquieren un nuevo conocimiento o forma de ver las cosas, esto se propagará por toda la humanidad». Esto ha servido a muchos partidos como estrategia para alcanzar el poder. También los ha descabalgado cuando por torpeza han permitido la entrada de corruptos a puestos de responsabilidad o cuando buscando satisfacer a todos han renunciado a sus principios, olvidando las promesas hechas a esa mayoría que les dio el poder y de la que recibieron enormes sacrificios.

Todos sabemos que basta un solo punto de apoyo para mover el mundo. Esa mayoría de españoles en la que confío espera con ansia ese punto de esperanza para salir de la angustiosa situación en la que nos han metido. Los españoles queremos y tenemos derecho a hablar en las urnas. Por encima de la disciplina de voto debe estar la dignidad personal de cada uno y el interés de España y los españoles. Confío en la sensibilidad de la mayoría de nuestros representantes políticos. No quiero pensar que son tan insensibles como para no oír el sentir de la inmensa mayoría de españoles.